Todo el mundo quiere el balón
España y Croacia se miden esta tarde con el pase a cuartos en juego. Busquets-Modric, duelo en el centro del campo. Perisic es baja en el partido al dar positivo por COVID.
Realidad o ficción. Esa es la incógnita a despejar esta tarde en el estadio Parken de Copenhague, donde España disputa los octavos de final de la Eurocopa frente a Croacia (sigue el partido en directo en As.com). Un rival conocido, pues ambas selecciones se vieron las caras en las ediciones de Ucrania-Polonia 2012 y Francia 2016, además de en la Liga de Naciones 2018, un equipo en el que destaca la rubia melena de Luka Modric. Una especie de asesino silencioso ante el que La Roja debe confirmar que el 5-0 a Eslovaquia no fue un simple espejismo. En suma, que esta selección va en serio.
Han pasado cinco días desde que se certificó el pase a octavos y ese tiempo ha servido para calmar las aguas, que bajaban revueltas desde el mismo día en que se conoció la convocatoria de Luis Enrique para la Eurocopa. Una vez descorchada la botella de cava (mucho más feliz esa metáfora que las tradicionales del enfermo ya en planta, etc...), toca ver si los nervios quedan en el vestuario y por fin vemos jugar a La Roja como en partidos de anteayer. Por ejemplo, en el famoso 6-0 ante Alemania de la Liga de Naciones 2020, pero también en el duelo ante Croacia de esa misma competición jugado dos años antes y saldado con idéntico resultado. Sin embargo, el fútbol evoluciona tan rápido como las versiones de los smartphones y esa, la del set en blanco frente a los croatas en Elche, queda anticuada. Saúl, Asensio, Kalinic (en propia puerta), Rodrigo Moreno, Ramos e Isco marcaron entonces. Pues bien, ninguno de nuestros cinco goleadores está presente en esta Eurocopa. El equipo ha cambiado y lo hace incluso partido a partido, pues en los veintiuno que ha dirigido Luis Enrique no se ha repetido alineación. Lo lógico es que La Roja de esta tarde se pareciera mucho a La Roja que destrozó a Eslovaquia. Sin embargo, Marcos Llorente podría regresar al once, así como Olmo en ataque, donde Sarabia cuenta con muchas papeletas (y más) de ser titular tras su buen encuentro ante los de Stefan Tarkovic. Mientras, todo apunta a que Morata descansará. Los ataques en redes sociales al madrileño no pueden hacer otra cosa que indignarnos a todos. "La situación es tan grave que debe ser puesta en manos de la Policía", dijo ayer Luis Enrique.
Modric es el hombre a vigilar, así tenga cincuenta años. Es la manija croata, el encargado de deshacer los nudos que plantea el rival por más que en esta Eurocopa haya compañeros que han brillado más que él. Por ejemplo, Perisic, quien aterrizaba en octavos con dos goles y una asistencia pero a quien la COVID deja en fuera de juego. Su positivo le obliga a una cuarentena, lo que equivale a pasar la fase decisiva del campeonato mordiéndose las uñas lejos del césped. Otra baja sensible para Zlatko Dalic es la de Dejan Lovren por acumulación de amonestaciones; Caleta-Car sería su relevo natural formando pareja con un internacional de la experiencia de Vida.
Todo apunta a un pulso por hacerse con el balón. Brozovic y Kovacic son los mejores socios de Modric cuando de lo que se trata es de mimar a la pelota. "En ciertos momentos, el contraataque puede ser una solución, pero no se puede jugar todo el partido así", avisa Brozovic. Sucede que enfrente tendrán a Busquets, para quien el fútbol es respirar... y tocar. Luka rubricó con un espléndido gol la victoria ante Escocia que clasificó a Croacia; Sergio regresó ante Eslovaquia para sacarnos del aprieto con una nueva lección de fútbol de salón. Son intocables. Son incombustibles. El balón les espera esta tarde en Copenhague.