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PLAYOFF ASCENSO | GIRONA 0-RAYO (2-3)

El Rayo logra su octavo ascenso a Primera, el más inesperado

Los franjirrojos remontaron, con uno menos, en Montilivi y vuelven a la élite dos temporadas después. Los de Iraola eran la 'Cenicienta' de un playoff al que llegaron tras caer con el Lugo.

Los jugadores del Rayo celebran el ascenso.
@RayoVallecano

El Rayo ya está de vuelta. Los goles de Álvaro y Trejo certificaron su regreso a Primera, dos temporadas después y por octava vez en su historia. Este ha sido, sin duda, el ascenso más inesperado de la Franja, puesto que llegó después de una épica remontada —la octava en Liga— frente al Girona, teniendo un jugador menos tras la expulsión de Velázquez, y de llegar al playoff de forma accidentada, con derrota propia ante el Lugo y gracias a la del Sporting. El equipo de Iraola era la Cenicienta de la promoción, ese rival al que todos veían más débil. Pero eso era sobre el papel porque sobre el verde se impuso en sus dos contiendas al Leganés (3-0 y 1-2) y consiguió levantar en Montilivi el 1-2 de la ida.

El Girona volvió a caer en la final del playoff, un año después, a manos del sexto. Entonces, su verdugo fue el Elche que —ironías del destino— se había hecho con esa plaza después de sacar un punto más que el Rayo de Paco Jémez. Ambos, catalanes y madrileños, se quedaron a las puertas del sueño y, esta vez, terminaron viéndose las caras para cumplirlo. Es más, sus caminos transcurrían paralelos desde antes, ya que los dos bajaron a Segunda la misma 18-19.

El Rayo culmina así un camino plagado de altibajos, en el que encima no pudo contar con el aliento de los suyos en Vallecas hasta la promoción. El equipo empezó fuerte la temporada, haciéndose con el liderato de la categoría de plata 840 días después, en la segunda jornada. Si en aquella ocasión alcanzaron el cielo, el infierno lo tocaron en la decimosegunda jornada cuando se desplomaron hasta la décima plaza. Durante esta 20-21, los franjirrojos han ocupado la cuarta posición seis veces; la quinta, dos y la sexta, 21, exactamente la mitad del curso. Precisamente, en dicho puesto, permanecieron cinco meses de forma ininterrumpida.

Hasta que, entre los meses de abril y mayo, los de Iraola encadenaron cinco encuentros sin vencer —tres empates (Logroñés, Albacete y Leganés) y dos derrotas (Mirandés y Sabadell)— y las dudas se cernían más que nunca sobre Vallecas. No llegaban los resultados y tampoco el juego convencía. De hecho, la continuidad del técnico estuvo en entredicho. Finalmente, el vasco siguió en el banquillo y el equipo tiró hacia arriba. Desde entonces, el Rayo ha sumado cinco triunfos en los siete últimos choques, lo que le ha conducido directo a la gloria.