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El Deportivo, manos atadas en el futuro de Uche, Borges y Keko

La larga duración de sus contratos y sus altas fichas dificultan quedárselos, pero también encontrarles nuevo destino. La voluntad de los jugadores será clave.

Las salidas de Celso Borges y Uche Agbo están complicadas
Jesus Sancho (Sanchofoto)Diario as

Una vez pasado el primer impulso del mercado, en el que el Deportivo ha conseguido cerrar cuatro refuerzos de nivel, el club blanquiazul se centra ahora en la operación salida. Liberar el excedente de jugadores, 23 en plantilla en este momento, y reducir los salarios es la prioridad, pero en la Plaza de Pontevedra son conscientes de que no en todos los casos van a tener poder de decisión sobre su futuro y ni siquiera la última palabra.

La situación de jugadores como Uche Agbo, Borges y Keko, que combinan un contrato largo con una ficha alta para los estándares actuales del club, y de la categoría, ponen en un dilema al Depor. Quedárselos se antoja inviable a priori, tanto desde el punto de vista económico como también de rendimiento, pero al mismo tiempo parece difícil encontrar un destino que satisfaga los intereses de los futbolistas. En contrato y en expectativas deportivas.

La lista de bajas es más larga y habrá que negociar con todos los futbolistas que tienen contrato y no se cuente con ellos. Pero hay situaciones, sobre todo con los que terminan contrato en 2022, en las que el club tiene cierto poder en la negociación. No es el caso de Uche, Keko y Borges, que ahora mismo están en total control de su futuro inmediato con contratos hasta 2024 (2023+1 en el caso del tico). Bien para acordar una salida salida si lo consideran oportuno, bien para intentar renegociar su vinculación con el club de alguna manera y seguir formando parte de la plantilla.

Cartabia, Rolan... y Lucho García

Hay algún jugador más cuya situación es delicada para el Depor, pero en la que también tiene cierto margen de maniobra. Por una parte, los casos de Rolan y Cartabia presentan el problema del alto salario, pero que quedan libres en 2022. En la cara opuesta está Lucho García, que firmó hasta 2023, pero cuyos emolumentos están más ajustados a la realidad actual del club. En los tres casos, la no combinación de los dos factores (duración y alta ficha) puede facilitar las negociaciones en caso de encontrar un nuevo destino o una desvinculación definitiva.