Polonia es un polvorín
Sousa, el seleccionador, está cada vez más discutido. Lewandowski: "No jugamos bien en defensa ni en ataque, debimos hacer mucho más".
La concentración polaca es un polvorín después de la inesperada derrota contra Eslovaquia. Paulo Sousa, el seleccionador, se ha convertido en el centro de todas las críticas. Llegó en enero como fichaje de relumbrón por su experiencia internacional (Leicester, Fiorentina, Girondins...) y apenas medio año más tarde está muy discutido. Su trayectoria previa a la Eurocopa fue mala (sólo una victoria en cinco partidos) y el estreno en el torneo confirmó la dinámica negativa.
La prensa ha cargado las tintas contra él porque es el seleccionador polaco mejor pagado (se habla de casi un millón anual), por encima de lo que ganó en su día el histórico Leo Beenhakker (2006-09) y los resultados no lo justifican. Esas críticas entran dentro de lo normal tras un tropiezo, aunque también míticos exjugadores han alzado la voz. "Confirmó lo que habíamos visto, seguimos preguntándonos cuál es el modelo de Sousa", dijo Michal Zewlakow (45 años, 102 veces internacional). "¿Por qué no recibió Lewandowski ni un balón en el área", preguntó Jacek Bak (48 años, 96 partidos con Polonia).
Precisamente Lewandowski es otro que está en el centro del debate porque terminó muy enfadado. "No jugamos bien en defensa ni en ataque, debimos hacer mucho más ante un rival como Eslovaquia", dijo. El crack del Bayern, además, ha creado polémica tras unas imágenes en las que se le ve enfurecido con sus compañeros tras el gol de Skriniar. El ambiente en el vestuario polaco no es el mejor...
Autocrítica. Krychowiak, señalado por su expulsión, dio ayer la cara e hizo autocrítica. "En todo lo que digan, tendrán razón", les dijo a los periodistas. Y añadió: "No he salido aquí a decir que las cosas son positivas, no quiero ser un payaso". El jugador, que asumió su error y puso "el pecho para recibir todas las críticas", ahondó en el sentimiento del grupo: "Antes del torneo, había una gran incógnita sobre nuestro juego, así que no espero que nadie crea en nosotros. Me sentí peor que después de mi primera derrota en el Mundial de Rusia, aunque todavía hay posibilidades de salir de este lío".