Cesiones peligrosas
Salvo Rober y Ruiz, a quien ya se trabaja en mantener, los cedidos que tuvo Las Palmas el curso pasado pasaron prácticamente desapercibidos.
Las apreturas económicas de la UD, aquellas a las que se ve obligada la entidad insular tras el despilfarro del verano de 2018, cuando quiso afrontar un nuevo asalto a Primera División por la vía rápida, le obligan a fichar a coste cero. Entran ahí en juego las cesiones, que al menos permiten ganar tiempo.
Y también minimizar riesgos en caso de que la operación, por el rendimiento del jugador, no se acerque o llegue a lo esperado. Así, salvo por los casos de Rober y Sergio Ruiz, las otras cuatro cesiones que con las que afrontó Las Palmas el curso pasado, una más que otras, estuvieron en las antípodas de lo deseado por el club. Así, Silva, Cardona, Rafa Mujica y Pietro Iemmello pasaron casi desapercibidos.
Los dos primeros espantaron las dudas desde el inicio, produciendo como los que más desde el primer momento. Y eso que el club tampoco es que las tuviera todas consigo, pues Rober era poco más que un imberbe juvenil cedido por el Betis y Sergio Ruiz venía de una temporada decepcionante en el equipo de su tierra, el Racing de Santander. El extremo emeritense sufrió en primera persona los demoledores efectos del COVID-19, contagiándose en el viaje de vuelta de Mallorca del pasado 10 de enero. Sin embargo, haber comenzado la temporada y acabarla con el alma pero renqueante le permitió marcar 8 goles, triplete incluido al Lugo, y dar 3 asistencias. Sus estadísticas registran 30 partidos, 36 desde el inicio, para 2.066 minutos sobre el césped. Una cotización al alza y la necesidad del Betis de probarle en pretemporada descartan, salvo milagro, su continuidad.
Mientras, Sergio Ruiz pasó por ser, a ojos propios y extraños, uno de los futbolistas más determinantes de la categoría. El cántabro, intocable en el doble pivote, jugó 37 partidos ligueros, 35 como titular, con 3.091 minutos. Le dio tiempo a marcar 5 goles y 6 asistencias y, sobre todo, a evidenciar la necesidad de la UD de prolongar su vínculo. Ocurre que está cedido por el Charlotte estadounidense hasta el mes de diciembre. Sin embargo, y como reconoció Miguel Ángel Ramírez, presidente y máximo accionista de Las Palmas, hasta hace unos días el club no tenía constancia de que la liga norteamericana se fuera a reanudar en enero de 2022, por lo que los despachos del club ya cavilan sobre su continuidad al menos hasta junio de ese año, que también cuenta con la venia del propio futbolista y su representante.
Las otras cuatro operaciones de préstamo que acometió la Unión Deportiva están perfumadas con aroma de fracaso, pues apenas puede la entidad extraer nada positivo de las participaciones de Jonathan Silva, Cardona, Rafa Mujica y, especialmente, Pietro Iemmello. Especialmente alarmante fue el rendimiento del delantero italiano, apuesta personal de Luis Helguera, director deportivo. Apenas jugó 12 partidos, 2 de ellos en Copa el Rey, competición en la marcó su único gol con la camiseta de Las Palmas, ante el modesto Varea, de Tercera División. En liga apenas intervino en 10 partidos, 4 como titular, y estuvo negado de cara a la portería rival en los 401 minutos de los que dispuso. Procedente del Benevento, por el delantero italiano había una opción de compra que no solo es que Las Palmas no ejecutara, sino que además devolvió al jugar en el mercado invernal y no en junio, cuando estaba estipulado en su contrato de cesión. "Lo del italiano era para llorar", sostiene un testigo directo del trabajo de Las Palmas.
Precisamente, Las Palmas hizo un cambio de cromos entre Iemmello y Rafa Mujica, adelantado por Diario AS. Poco positivo se puede extraer del regreso del delantero grancanario a Las Palmas, en cuya cantera dejó un rendimiento tan alto que le valió su pase al Barça. Ahora, en la plantilla profesional, la dupla Jesé-Araujo le cerró cualquier camino, aunque pudo jugar 13 partidos, 7 de ellos desde el primer minuto. En 544 minutos marcó un gol en aquella derrota por 3-1 en Almería. La esperanza no se ha perdido con él, y el club negocia con el Leeds un nuevo pacto de cesión.
Desconocidos.
Al acabar la temporada, Jonathan Silva y Tomás Cardona acabaron como dos desconocidos. El primero de ellos llegó cedido por el Almería y durante algunos momentos, borrosos en cualquier caso, pareció hacerse con el carril izquierdo. Mas su rendimiento fue decayendo: 12 partidos (10 como titular) y 844 minutos. Obviamente, Las Palmas se quedó sin argumentos que avalaran la ejecución de la cláusula de compra que manejaban en los despachos.
Más sonrojante fue el caso de Tomás Cardona, que llegaba como posible pilar para el eje de la zaga. El mínimo protagonismo que tuvo llegó en la recta final de la temporada cuando ya no había nada en juego. Algún problema físico, menor en cualquier caso, y su poca adaptación al fútbol europeo minaron su rendimiento en Gran Canaria. Tuvo 10 partidos (8 como titular) y 751 minutos a su disposición, mas nada ofreció como aval para que la UD se planteara una continuidad que, vía ejecución de la opción de compra, era obligatoria en caso de haber ascendido a Primera División o de que el zaguero argentino hubiese jugado al menos 25 partidos. No hay mal que por bien no venga.