La mini Mannschaft vuelve a tocar el cielo

Decían que el futuro de la Mannschaft estaba en peligro. Que la cantera alemana pasaba por horas bajas. Y llegó la Sub21 dirigida por Stefan Kuntz para callar bocas. La mini Mannschaft se impuso, de forma merecida, por la mínima a Portugal en la finalísima de la Eurocopa Sub21 y conquistó su tercer título continental, dando una inmensa alegría a una afición que no daba un duro por los suyos. El gran artífice del éxito es el seleccionador Stefan Kuntz, que disputó la tercera final en su tercer Europeo al mando de la Sub21 alemana y terminó levantando su segundo título al frente de los cachorros. Sonó como sustituto de Joachim Löw en la absoluta. Y este domingo puso a prueba, una vez más, por qué.

Fue un auténtico partidazo el que apreciaron los aficionados en las gradas del Stožice Stadium de Ljubljana. Los primeros veinte minutos del choque fueron para el combinado luso, que salió a toda pastilla y logró buscar las cosquillas a la zaga alemana por medio de Mota en el carril izquierdo. Luego, fue la mini Mannschaft la que subió dos marchas, se adueñó del partido y estuvo a punto de estrenar el luminoso en un disparo al larguero de Wirtz y otra clarísima de Nmecha. El cierre al primer tiempo lo echaron los portugueses en un mano a mano de Vitinha con el meta Dahnen que no supo materializar la perla del Porto. No hubo tregua.

Jorge sustituyó a Mota por Leão para volver a tener más protagonismo en el área rival, pero fueron los de Kuntz los que salieron como balas de vestuarios y, finalmente, lograron ponerse por delante a los cuatro minutos en lo que fue una jugada letal. Baku condujo el esférico por el carril diestro y lo filtró a Nmecha, que se deshizo del cancerbero Diego Costa por medio de un gran control orientado y finalizó con la diestra. Jorge reaccionó e ingresó a Conceição y Jota. Echó toda la carne en el asador. Y las tuvo Portugal para empatar el choque. Schlotterbeck salvó hasta dos veces in extremis ante Vieira. Dahnen desbarató otro disparo de Queirós. Pero la mini Mannschaft resistió. E, incluso, pudo poner la guinda en un disparo de Adeyemi que desbarató Costa. No importó. Alemania vuelve a sonreír.