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Borja Jiménez: el 'chico' de los ascensos llega al Deportivo

El técnico abulense subió con Mirandés y Cartagena en 2019 y 2020. Con sólo 36 años presenta un curriculum envidiable que pretende seguir engordando en Riazor.

Borja Jiménez logró dos ascensos en sus dos últimas temporadas en Segunda B
Diario AS

El Deportivo tenía claro el perfil de entrenador que quería para su nuevo proyecto. Por eso encajaba tan bien Rubén de la Barrera. No tanto por lo conseguido en su etapa en Riazor, donde no logró pelear por el ascenso, sino por lo que representaba: un técnico joven y moderno, pero que a la vez ya había conocido el éxito. La relación se rompió con el coruñés, pero el que llega en su lugar cumple a la perfección con esos parámetros y en lo que se refiere a curriculum, incluso lo mejora. Porque Borja Jiménez puede presumir de éxitos recientes y también variados, con dos ascensos en en las dos últimas temporadas que dirigió en Segunda B. Precisamente, para lo que lo ha contratado el club coruñés.

En la 2018-2019 tocó el cielo con el Mirandés. Fue capaz de terminar la temporada regular en tercera posición y se enfrentó a un duro playoff en el que además tuvo el handicap de jugar las tres eliminatorias con el factor campo en contra. Eliminó al Atlético B, al Recreativo de Huelva y, en la final, al Atlético Baleares para conseguir la primera muesca en su revolver.

Su trabajo no pasó inadvertido y ese verano se marchó al Asteras Tripoli griego, donde no tuvo tanta suerte. A mitad de la temporada 2019-2020 regresó a España para ponerse a los mandos del Cartagena, donde sumó su segundo ascenso consecutivo, esta vez cogiendo un equipo sin dejarlo botar. Relevó a Munua en el banquillo y, si bien es cierto que el equipo ya iba líder, supo mantener el nivel para terminar como primero de grupo y gestionó bien el parón por la pandemia. En el playoff de ascenso salió victorioso en la tanda de penaltis de nuevo ante el Atlético Baleares.

Trabajos meritorios en sus inicios

Esta vez sí continuó tras subir y estuvo en el Cartagena hasta diciembre, cuando fue destituido estando fuera del descenso. Junto con el periplo en Grecia, este es el lunar de un técnico que en su corta carrera en la élite siempre ha estado por encima de las expectativas.

Lo hizo en el filial del Valladolid y también en Izarra, pero sobre todo lo hizo en el Rápido de Bouzas. En la temporada 2017-18 llegó al banquillo del modesto equipo vigués en su llegada a la categoría de bronce y no sólo logró la permanencia con holgura, sino que se quedó a dos puntos del playoff de ascenso en un grupo con el Real Madrid Castilla, el Atlético B, la Ponferradina o el Pontevedra, entre otros.