El Girona se erige en un club abonado al playoff de ascenso
El conjunto rojiblanco vivirá su quinta promoción en los últimos ocho años. Espera quitarse la espina por fin porque la única vez que logró subir a Primera fue por la vía directa.
El Girona parece que no se cansa de hacer historia y en la ciudad gerundense es inevitable respirar un ambiente triunfal. El bloque rojiblanco se confirmó, tras vencer al Alcorcón (1-0) y aprovechar el empate del Sporting en Fuenlabrada, como equipo de playoff esta temporada. Le ha sobrado incluso una jornada, la del domingo ante el Cartagena, y es algo que merece saborear porque hace pocos meses ver al bloque rojiblanco entre los seis primeros clasificados parecía una locura. Pero su racha inmejorable, encadena siete victorias seguidas (la última vez que lo logró fue la temporada 1988-89 y el equipo estaba en Tercera) le ha catapultado y ha hecho realidad el objetivo. Eso sí, el sueño, ahora, es ascender a Primera y para ello aún le queda un largo camino que recorrer.
El Girona sabe que el playoff está repleto de espinas y no le trae buenos recuerdos. Además, puede hablar con conocimiento de causa porque este curso vivirá su quinta promoción de los últimos ocho años y nunca ha logrado dar el salto a Primera por esta vía. Aunque este curso parece que todo va mucho más rodado y Francisco tendrá la oportunidad de alcanzar algo que le fue imposible, por ejemplo, a Rubi con el Girona. Con él se llegó a disputar la promoción de ascenso la temporada 2012-13 y el Almería, precisamente su actual equipo, les dejó un curso más en Segunda División tras vencerles en la final. Dos años más tarde, la 2014-15, con Pablo Machín en el banquillo, los gerundenses regresaron a un playoff y fue el Zaragoza quien les amargó. Los aragoneses les remontaron en la vuelta en Montilivi con una goleada (4-1) difícil de explicar porque en la ida, los rojiblancos se impusieron 0-3 en La Romareda. Lo cierto es que el Girona no es un equipo al que la promoción le traiga alegrías porque un año después, la 2015-16, volvió a quedarse a las puertas del ascenso. Superó en la semifinal al Córdoba, pero Osasuna le superó en la final tanto en el duelo de ida (2-1) como en el de vuelta (0-1).
En 2017, el Girona sí logró quitarse la espina tras tantos mazazos en el playoff, pero el salto a Primera llegó de manera directa.
Sin duda, la promoción de ascenso no acaba de sonreír a un club que aún tuvo otra constatación más la campaña pasada. El Elche, en el partido de vuelta de la final y en Montilivi, le demostró que el camino largo para subir no es el bueno para ellos. Aunque en Girona piensan que en algún momento tendrá que ser y este año intentarán quitarse el mal sabor de boca haciendo suyo lo de 'a la quinta va la vencida'. Las sensaciones ahora son muy distintas a las del pasado y es que ser capaz de sumar 21 puntos de los últimos 21 hace sonreír a cualquiera. Este estado de gracia es el que quiere alargar una plantilla que pretende seguir su historia.