Todo lo que no viste sobre LaLiga del Atlético ganada en Valladolid
Durante el partido se sucedieron varias historias curiosas. La imprescindible labor de Fernando, uno de los utilleros rojiblancos, las llamadas de Bonvicini al banco...
El Atlético se proclamó el sábado campeón de su undécimo título de Liga, con un partido, en Valladolid, lleno de pequeñas historias que el fotoperiodista de AS, Jesús Álvarez Orihuela, retrató con su cámara y que cuentan todo lo que no se vio de ese partido decisivo para la consecución de LaLiga rojiblanca. Historias que van desde la obediencia de Vrsaljko, el papel fundamental de Fernando, uno de los utilleros del Cholo, el móvil de Hernán Bonvicini, hasta la Operación Huída de Trippier tras la bronca, o no, de Simeone. Pasen y vean.
Henán Bonvicini y el pinganillo de Nelson
Simeone es un entrenador que lo tiene todo bajo control. En Valladolid no iba a ser menos. El partido que decidía el título, la final de las finales. A su lado, en el banquillo, su segundo, Nelson Vivas, con un pinganillo en su oreja derecha conectado con el teléfono de un hombre en las alturas. Es Hernán Bonvicini, tercer ayudante del entrenador argentino. Desde lo alto, con perspectiva para ver los movimientos de los futbolistas iba apuntando cada nimio detalle en su tablet y, cada vez que veía algo, lo comunicaba. Nelson Vivas lo trasladaba al oído del Cholo, en el banquillo.
La imprescindible labor de Fernando
Fernando es uno de los utilleros del cuerpo técnico del Cholo... y en Valladolid tuvo una labor fundamental. En una de las jugadas, los recogepelotas del Valladolid tardaron en entregar el balón al Atlético. Tanto que uno de unos futbolistas rojiblancos tuvo que ir a por éste. No pasaría más. Un instante después, en esa zona aparecía Fernando para instarles que los devolvieran con celeridad. La seguridad del estadio enseguida le reprendió. Allí no debía estar. Pero Fernando está pulido en el método Cholo y aguantó estoicamente, dos, tres minutos. De hecho, sólo se movió de su sitio cuando la orden de que se fuera vino de su propio banquillo, que fue cuando levantó el brazo, hizo el gesto del 'ok' y regresó a la zona que ocupaba el cuerpo técnico del Cholo.
La bronca, o no, del Cholo a Trippier
La imagen se produjo en la penúltima jugada del partido. Trippier interceptó un balón y lo envió allá donde se envían todos los que uno no quiere que acaben en bota rival: patadón a la grada, vuelo lejos, lejos, lejos. Entonces, Trippier se dirige hacia donde está su entrenador que no se sabe si le está felicitando por la acción (parece que sí), o le está abroncando por ello, mientras Koke le grita al oído, en un gesto indescifrable también. Parece alegría, felicitación o regañina. Parece que Trippier tampoco supo muy bien qué le decían. Pero el balón no regresó al verde. De eso se trataba.
Hermoso se llevó la red... Vrsaljko, no
Nada más terminar el partido, los rojiblancos celebraron, eran campeones de Liga. Y alguno de ellos querían algo tangible, de esos que te cuentan un momento sólo con mirarlos, cuando el momento se ha ido y sólo queda un recuerdo. Mario Hermoso lo tuvo claro: la red de la portería de Zorrilla. Y hacia allá que fue, cuter, tijera en mano. Recortó un trozo y con ella se fue. Era el turno de otro. Porque Vrsaljko también quería pero... Pero cuando se dirigía hacia ésta una de las encargadas de la seguridad del campo le frenó. No, eso no se podía hacer. Sí, que Hermoso lo había hecho, pero no se podía hacer. Y Vrsaljko, obediente, se dio la vuelta y regresó por donde venía. Con el cuter intacto. También sin red.
Mimos de Cerezo a Suárez
Terminó el partido y Enrique Cerezo, presidente del Atlético, bajó al césped de Zorrilla para felicitar a sus jugadores. Uno de ellos fue Luis Suárez, con quien fue muy cariñoso. Hombre clave para la consecución del título liguero del Atlético, 24 horas después certificaba en la fiesta de celebración del equipo en el Wanda Metropolitano que su futuro seguirá siendo rojiblanco. "Sí, me quedo. Seguro, seguro".
Y mimos de Suárez a Hervías
Un Luis Suárez que, antes, había mirado hacia ese lugar del campo donde todos los sentimientos estaban derrumbados, alrededor de los jugadores del Valladolid que no sólo habían perdido ese partido, también la categoría. El uruguayo acudió a consolar a Hervías, también lo hizo Simeone y otros miembros del equipo rojiblanco que, en su alegría, también quisieron dar todo su ánimo a los futbolistas del Valladolid...
La huída de Trippier
... Mientras, en otro lugar del césped, el foco regresaba sobre Trippier, que huía como si no hubiese terminado de jugar 90' largos minutos, a todo lo que las piernas le daban. Tenía un motivo. Carrasco iba tras él blandiendo una maquinilla de afeitar y el dedo dispuesto, ya sobre el 'on'. El 'The End' de todo en el Valladolid-Atlético llegaría con alivio para el inglés. No le alcanzó.