El Leganés puede ser de playoff en Anduva, lugar sacro pepinero
El Leganés ascendió a Primera en 2016 en el estadio del Mirandés. Ahora puede certificar allí su primer playoff de promoción a la élite. En la plantilla sólo sobrevive Bustinza.
Al sur de la capital, Anduva no es nombre de estadio. Es nombre de leyenda. La de un corajudo grupo de valientes que, insolentes ellos, se atrevieron a desafiar a la lógica ilógica del fútbol para ascender a Primera División. Sucedió en 2016 y aunque han pasado casi cinco años, evocar aquella tarde de junio es sinónimo de vellos erizados. Leganés tiene para el estadio del Mirandés un recuerdo imborrable. El miércoles, por primera vez desde ese día, los pepineros retornarán al escenario de la gloria. Y ella, seguirá esperándoles, aunque con forma en forma de playoff de ascenso. El primero de su historia.
Porque los de Asier Garitano (curioso que la primera visita a Anduva vuelva a ser con el de Bergara en su banquillo) podrían ser ya matemáticamente equipo de promoción si vencen como lo hicieron hace cinco años y sus rivales pinchan. Donde rivales puede ser o el Rayo Vallecano (61 puntos) o el Girona si los catalanes pierden hoy contra el Sporting (21:00) y se quedan estancados en la séptima plaza también con 61 puntos. Los franjirrojos juegan el jueves contra el Oviedo. Los catalanes, el también el jueves contra el Málaga, próximo enemigo pepinero.
Las cuentas del playoff
En escenario, pase lo que pase en las dos últimas jornadas, el Leganés tendría garantizada su plaza entre los seis mejores clasificados, mientras continuaría al acecho de un Almería en posesión de la tercera plaza que ansían los de Butarque. Incluso el empate podría valer a los pepineros si el equipo que esté séptimo con 61 puntos (sea el Rayo, sea el Girona) pierde su duelo del jueves. También ahí el Lega sería de playoff. El primero de sus casi 93 años de existencia.
Curioso que, de certificarlo, sea en el mismo escenario en el que el Leganés se desvirgó en otra hazaña: la de subir a la élite. Fue un 4 de junio de 2016 cuando un gol de Pablo Insua de cabeza (0-1) hizo posible el sueño de elevar a los pepineros a la élite tras un curso para el recuerdo. El ingeniero de la hazaña (Garitano) ha retornado tras su salida y su primer hito de este periplo 2.0 podría sellarse allá donde dio su segundo paso de gigante luciendo el escudo del laurel. El primero (“y más complicado”, Asier dixit) fue el de subir a Segunda en 2014. Aquello sucedió en Hospitalet.
Sin Bustinza, el superviviente
De la tarde de hace un lustro en Anduva (el estadio, por cierto, tiene incluso una peña del Leganés que lleva su nombre) apenas sobrevivirá el miércoles el propio Garitano. En la plantilla sólo continúa Bustinza, titular en el partido de la gesta, pero ahora lesionado y duda para ese mismo playoff que espera atar el Leganés.
En el resto del equipo, cuerpo técnico y otros trabajadores, sí que sobreviven muchos de los que tocaron el éxtasis en 2016. El segundo de Garitano, Pedro Hernández; el preparador físico, Miguel Pérez; el preparador de porteros, Queco Piña (entonces jugador); el delegado, Sergio Aguyó; los utileros Juan Domínguez y Jara Cuenca; el fisio Carlos Carballo, y el doctor, Alberto Lam, son los otros supervivientes del día en el que Anduva cambió su significado para, al sur de Madrid, dejar de ser un estadio y pasar a ser una leyenda.