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Sáenz y Costas vuelven a estar apartados

El Celta ha retomado el castigo acordado por la directiva y Coudet. Impide entrenar con sus compañeros a los dos jugadores que se negaron a salir en enero.

Jorge Sáenz posa con un balón del Celta durante su presentación con el club vigués.
RC CELTA

No hay piedad con Jorge Sáenz y David Costas. Los dos jugadores que el Celta apartó de sus compañeros por negarse a salir en el mercado de invierno vuelven a estar marginados. El indulto parcial que la directiva y Eduardo Coudet les otorgaron en febrero, solo duró mientras hubo ruido mediático.

El club vigués quiso deshacerse de los dos zagueros el pasado verano, pero ninguno aceptó los destinos que les propuso el Celta. Mientras Óscar García dirigió al equipo, Costas y Sáenz entraban en las convocatorias, aunque no disponían de minutos. Esta situación se mantuvo en las primeras semanas de Coudet en Vigo, pero antes de que se abriera el mercado de invierno el técnico argentino y la dirección de la entidad olívica decidieron tensar más la cuerda impidiendiéndoles trabajar con el grupo e incluso privándoles de tocar el balón en sus sesiones con el preparador físico.

El castigo al que estaban siendo sometidos saltó a los medios de comunicación a principios de enero. La repercusión de la noticia llevó a la Asociación de Futbolistas Españolas (AFE) a intervenir y el Celta alivió ligeramente las restricciones. Costas y Sáenz tampoco aceptaron en la ventana de fichajes invernal ninguna propuesta de otros clubs y Coudet les lanzó este dardo en una rueda de prensa: "Esto es fútbol profesional, no es un Spa. Tuvieron la oportunidad de salir ganando el mismo dinero que ganan aquí y decidieron no salir".

Una vez descartada su marcha, los centrales ampliaron su actividad con el grupo durante el mes de febrero, participando en los ejercicios de puesta a punto física y en los rondos. Un indulto parcial que no ha tenido continuidad.

Desde hace varias semanas los dos defensas vuelven a ejercitarse con la única compañía de un preparador físico. Ni el canario ni el canterano celeste lo han denunciado públicamente (el club no les permite hablar con la prensa desde la pasada campaña), pero en los vídeos de los entrenamientos que comparte el Celta, dado que el primer equipo se ejercita siempre a puerta cerrada desde que empezó la pandemia, se puede comprobar que no hay ni rastro de ninguno de los dos.

El calvario de Sáenz concluirá al término de esta temporada, dado que expira la cesión de dos años pactada entre el Valencia y el Celta en la ‘Operación Maxi’. Sin embargo, a su compañero de castigo todavía le queda una campaña más de contrato en Vigo. Costas solo está dispuesto a cambiar de aires si llega a un acuerdo económico con la entidad olívica para rescindir su vinculación.