Lukaku no es solo gol
El delantero ha encontrado su sitio en Milán. Más allá de potencia, remate o goles, destaca su juego de espaldas, su trabajo y su pase.
Si fuera un central, Romelu Lukaku sería uno de esos delanteros que nunca querría tener delante y corriendo hacia usted. El belga, de 1,91 y unos cuantos kilos de pura fibra y músculo, no es un delantero ni torpe ni lento. Imprimiendo toda la fuerza de su tren inferior en el suelo, corre como una estampida pero de un solo hombre.
En Milán, después de una etapa complicada en el Manchester United, ha encontrado su sitio. El belga encajó como anillo al dedo con Conte y su sistema. También con Lautaro, su mejor socio y con el que se retroalimentan en la punta del Inter. Además, mejoró físicamente gracias al trabajo del club y del suyo propio, que ajustó su dieta para afinar al gigante y sacar toda su potencia.
Este año tiene al Inter líder gracias a sus 21 goles y ocho asistencias. De él siempre se destaca su potencia, su capacidad goleadora y su talento a la hora de rematar y ver la red, pero, detrás de lo más obvio, hay más.
"Conte siempre dice que los delanteros somos los primeros defensas por eso tanto mis compañeros como yo tratamos de acabar de raíz con las jugadas de los rivales y todo el equipo se beneficia de ello", asegura Romelu en una entrevista con 433 demostrando el compromiso con el trabajo en equipo como un factor determinante.
El pase antes del pase de gol
Además de su trabajo y su despliegue en ambas fases, Lukaku es uno de los mejores delanteros a nivel mundial en lo que a jugar de espaldas se refiere y las estadísticas reflejan su importancia en una acción vital y no tan tangible como los goles: el pase antes del pase de gol.
En datos ofrecidos por BeSoccer, el delantero acumula un promedio de 0,18 cada noventa minutos. Es decir, además de su media de 0,89 goles por encuentro, tiene un excelente rating a nivel de producir para sus compañeros, aunque no sea él quien ofrece el último pase. Ese puesto como referencia también le hace mantenerse entre los delanteros con la media más alta de toques dentro del área por partido. Esa zona donde sus números demuestra que es infalible.
El belga, cuya eficacia está demostrada, además tiene la buena costumbre de hacer el gol más difícil: el primero. A cuatro goles de Cristiano Ronaldo, Lukaku tiene encarrilado el Scudetto y persigue el capocannionere para añadir a su currículum el segundo título de máximo goleador después de llevar el toro dorado a su espalda en Bélgica tras ser el máximo goleador de su país en la 09-10.