FINAL DE COPA | ATHLETIC - BARCELONA
Un dilema generacional
Con la recuperación de Sergi Roberto y Piqué, Koeman afronta la final con la duda de apostar por los nuevos valores o dar una oportunidad a los que cayeron en Lisboa.
Hace ocho meses el Barcelona recibía en Lisboa a manos del Bayern de Múnich una de las derrotas más dolorosas de su historia al caer en los cuartos de final de la Champions por 2-8. Desde entonces, el club inició un proceso de recuperación que si bien no le ha servido para estar disputando la Champions, le ha llevado a luchar por LaLiga y jugar el sábado la final de la Copa del Rey ante el Athletic Club de Bilbao.
Una final que enfrenta al Barcelona y más concretamente a su entrenador, Ronald Koeman, ante un dilema: ofrecer la revancha al grueso de jugadores que firmaron esa debacle o utilizar esta final para dar un aire nuevo al equipo de la mano de jugadores más jóvenes que representan el futuro de la entidad.
Con la recuperación de Piqué y de Sergi Roberto, que han estado lesionados las últimas semanas, pero que llegan a tiempo para jugar el partido, Koeman perfectamente podría jugar la final del sábado con ocho jugadores que estuvieron en Lisboa ante el Bayern: Ter Stegen, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Busquets, Sergi Roberto y De Jong más Griezmann, que entró en la segunda parte. Los únicos que no pueden alinearse son los tres que cambiaron de club este verano: Luis Suárez, Arturo Vidal y Nelson Semedo.
Por una parte, esta final contra el Athletic Club representa una oportunidad para que estos jugadores puedan resarcirse de lo que pasó en Lisboa y también de lo que aconteció en enero en la final de la Supercopa de España ante el mismo rival al que se medirán el sábado. Pero por otra parte demuestra que ocho meses después, el Barça sigue en manos de los mismos jugadores. Las apariciones de Mingueza, Dest, Araújo o Ilaix podrían quedar para una emergencia, pues únicamente Pedri y Dembélé parecen tener opciones de jugar la final desde el inicio. El primero llegó al Barça este verano y el segundo no pudo jugar al estar lesionado.
Se le pide a los veteranos un nuevo servicio al club en una final que puede marcar el futuro inmediato de la entidad blaugrana. Para empezar, el de su entrenador. Koeman ha sido reconfirmado por activa y por pasiva por Joan Laporta, el nuevo presidente, en declaraciones, pero todo el mundo sabe en Barcelona que una derrota el sábado dejaría al holandés muy tocado de cara a un proyecto de futuro.
Además, también el partido es un desafío para Messi. Su futuro en el Camp Nou está en el aire y levantar una copa podría ser un factor determinante para que tomara una decisión en un sentido u otro. No parece que el argentino esté para soportar más decepciones.