Ganas de volver a verse

Pase lo que pase, este Clásico lo ganará el Atlético, pero también elegirá al líder de su oposición. Madrid y Barça están encantados de volverse a ver porque ya es primavera en ambas orillas. El equipo blanco lleva doce partidos sin perder. En ese tramo sólo se ha dejado dos empates, ante el Atlético, líder del campeonato, y la Real, campeona de Copa. Dos semitropiezos defendibles. Mientras, el Barça no pierde en Liga desde el 5 de diciembre y encadena ocho victorias consecutivas lejos del Camp Nou. Así que ahora brilla el sol cuando, en septiembre, amaneció nublado (sigue el partido en directo en AS.com).

En un año de ajuste duro, ambos han hecho de la necesidad virtud. Once jugadores de menos de 23 años por cabeza han jugado ya esta temporada. Y los resultados han probado que los verdaderos fichajes estaban en casa.

Las cosas han ido mejorando por el camino. En el Madrid, Vinicius completa ya su año más goleador y, probablemente, lo cerrará con récord de partidos. Benzema mejora mes a mes: ha marcado en los últimos seis partidos de Liga (ocho goles). Kroos, Casemiro y Modric han vuelto a máximos cuando ya no se esperaba. Especialmente el croata, que en siete meses sólo se ha perdido un partido por lesión (una contractura) y que ha jugado ya 47 a altísimo nivel. Su caso es insólito en una plantilla que roza las 50 lesiones. Además, Asensio ha cogido la onda y sale a un gol cada 40 minutos en sus últimas cuatro actuaciones. Y parte del plan B es ahora primerísima unidad: Lucas Vázquez lleva 33 partidos y Nacho hay jugado íntegros los doce últimos, en los que el equipo encajó únicamente siete goles.

Pedri, Messi, Dembélé...

También el Barça colecciona sorpresas agradables. La de mayor tamaño, Pedri, que llegaba para hacer prácticas y ha jugado 43 de los 44 partidos del curso. Producto de la necesidad, la cantera ha despertado: Araújo se ha convertido en un pilar; Mingueza, en feliz repuesto de casi todo atrás, e Ilaix, en una gran esperanza.

Messi, que marcó un gol en los seis primeros partidos de Liga, ha hecho 16 en los 12 últimos. El argentino ha participado en 50 de los 68 tantos del Barça (74%). Dembélé, que iba para caso perdido, ha metido 10 goles y jugado 36 partidos (el año pasado se quedó en nueve por las lesiones). Hasta Griezmann, que ha sido de quita y pon, lleva ya 14 goles (uno menos que en todo el año pasado). Y De Jong se ha puesto a la altura de su precio, como centrocampista y como central. Desde la precariedad, Koeman ha completado una fantástica reconstrucción. Desde la más estricta austeridad, Zidane ha mantenido al Madrid sobre la ola. El francés ha cambiado el rumbo de los clásicos. El Madrid sólo ganó uno de los primeros catorce ante el Barça de Guardiola. Zidane sólo suma dos derrotas en diez duelos.

La alineación del Madrid, por defecto (siguen faltando tres de los cuatro defensas titulares), apenas ofrece dudas. Ni Carvajal ni Hazard llegaron a tiempo y, por tanto, jugarán los que liquidaron al Liverpool. En el Barça, por exceso, hay más dudas. Koeman ha repetido equipo en los últimos cuatro partidos. En todos jugó con tres centrales y así parece que seguirá. Si entra Piqué, recuperado sobre la bocina, De Jong pasará al centro del campo y Griezmann se quedará sin sitio. También es posible que Araújo releve a Mingueza.

Cambio de árbitro

Bajo el volcán estará Gil Manzano, que releva al lesionado Mateu. El Barça salió en tromba tras el penalti de VAR de Lenglet a Ramos en el partido de la primera vuelta (lo pitó Munuera por consejo de Sánchez Martínez). Desde entonces no han vuelto a señalarle una pena máxima al Madrid y han pasado 23 partidos (desde 1974 no se recordaba un caso igual). La actuación de Jaime Latre en el Barça-Valladolid de lunes echa leña a ese fuego.

La estadística dice que el Barça está un punto por encima en todo (goles, tiros, posesión, pases, elaboración de sus ataques...) menos en el balón parado, el juego aéreo y las pérdidas. Las diferencias, en cualquier caso, sólo son visibles en el microscopio.