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LEGANÉS

Sabin Merino, un ausente con gol

Garitano no ha usado al máximo artillero del Leganés (ocho dianas) en los últimos dos partidos. Ante el Fuenlabrada, no lo esgrimió pese a la necesidad de remontar.

Sabin Merino, la ausencia del gol
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Asier Garitano es entrenador que gusta del reparto colectivo del gol. Una comuna que ya ha logrado repetir en su retorno a Butarque. Pero ese deseo de hacer que todos participen en la noble tarea de marcar no oculta una ausencia llamativa en los últimos dos encuentros de los pepineros. Ante Oviedo y Fuenlabrada, Sabin Merino, el máximo goleador del Lega (8 dianas) no hizo acto de presencia en el césped. Ni un minuto. Ni siquiera cuando había (alta) necesidad de remontada.

Sucedió ante el Fuenlabrada. El Leganés se desplomó apenas comenzada la segunda parte (el 0-1 lo hizo Cristóbal en el 53’) y el partido reclamaba a los pepineros una reacción que, sin embargo, Garitano buscó por otros cauces, no por la presencia del ariete de Urdúliz.

Sin pólvora en los recambios

Tampoco jugó ni un minuto contra el Fuenlabrada el también suplente Miguel de la Fuente, delantero como Sabin, aunque en el caso del vallisoletano, Garitano entonó razones físicas para explicar el por qué de su ausencia. "El caso de Miguel viene de una semana justa. Tuvo algún problema hace tres días. Ha ido algo mejor. Borja venía de hacer un buen partido. Se te pasa por la cabeza", dijo al ser preguntado si se planteó usar a alguno de los arietes.

Finalmente, los escogidos para buscar el gol fueron Bua, Brandon y Perea. "Con Brandon estaba más cerca de Borja y Luis nos daba opción de disputar balones por arriba", insistió Garitano en las explicaciones posteriores a un partido que sólo tuvo cuatro relevos. Al de Bergara le limitó gastar una de las tres ventanas de sustituciones con la lesión de Ignasi Miquel (entró Rober Ibáñez en su puesto)

El caso es que, fuera por una razón o por otras, Sabin Merino no jugó. Y en su caso, no fue por problemas físicos, tal y como ha podido saber AS.

Tampoco jugó el partido anterior, ante el Oviedo. Sabin fue de nuevo suplente. En el Tartiere las condiciones del encuentro, lejos de buscar dinamita, requerían de cemento. Por eso quizá no entró en las rotaciones y sí lo hizo Miguel, más físico y con mejor juego aéreo para defender las acometidas locales. Aquel fue un nuevo domingo sin presencia de Sabin en el césped.

Borrones en el origen

Las razones de ambas ausencias se pueden encontrar en los antecedentes de ambos choques. El partido inmediatamente anterior al de Oviedo, contra el Castellón, en Butarque, Sabin jugó la segunda parte. Fue duelo que también requería la necesidad de buscar el gol. Los Orullets se encerraron y Garitano activó mecanismos ofensivos. Sabin fue uno de ellos. Salió al descanso con 0-0 acompañando a Borja Bastón en punta, pero mientras el madrileño sí que tuvo un buen papel, no sucedió así con Merino. Aislado y desdibujado, sólo dio siete pases (cuatro malos), provocó un fuera de juego y despejó un balón. Escaso bagaje que se unió a su también actuación gris (como el resto del equipo) en Cartagena, su última titularidad conocida.

Una acumulación de factores que podría haber provocado la decisión de su entrenador de no contar con tanta frecuencia con él como sí lo hizo en su retorno a Butarque cuando, por cierto, fue Borja Bastón el que pagó los platos rotos de esa confianza. En aquel reinicio, Borja no disputó ni un minuto de los dos primeros partidos con Garitano al frente . El mismo tiempo que lleva Sabin Merino sin competir.