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FUENLABRADA

167 días sin ganar en el Torres

El Fuenlabrada no gana en su feudo desde el 29 de septiembre habiendo encadenado diez empates y tres derrotas. No es una crisis, pero urge un cambio.

Actualizado a
167 días sin ganar en el Torres
LALIGA

El Fuenlabrada no encuentra la ayuda, de la que sí dispuso el año pasado, en su estadio Fernando Torres. Sea por no sentir el aliento de una afición azulona que se volcaba con los suyos cada jornada o por una acumulación de catastróficas desdichas, el equipo no gana en su feudo desde el 29 de septiembre de 2020 (1-0 ante el Albacete).

167 días aciagos en los que el Fuenlabrada ha deambulado muchas veces por el empate, diez, y sólo tres por la derrota, como la de esta última jornada (1-2 ante Las Palmas). Esta mala racha en casa fue uno de los factores de la destitución de Sandoval, que levantó mucha controversia entre la afición.

Sucede que el equipo del Camino del Molino, al inicio de esta gris trayectoria en su estadio, merecía la victoria, pero se escapaba por pequeños detalles acabando en unas tablas inmerecidas (1-1 ante el Castellón, 1-1 ante el Tenerife, 1-1 ante el Espanyol, 0-0 ante el Leganés...). El fútbol profesional, por injusto que pueda sonar, se mide casi al 80% por resultados y no acompañaban.

Algo similar está pasando en los primeros encuentros con Oltra al frente del banquillo kiriko. Sus pupilos juegan bien, se ve una amplia mejora en lo ofensivo y merecen los tres puntos en muchas ocasiones, pero, otra vez, unos centímetros de menos o de más o un segundo tarde aleja de la victoria a los suyos. Empate ante el Almería con un gol en contra en el 89', empate ante Las Palmas después de rozar el gol de la victoria y derrota ante Las Palmas fallando un penalti. Frío bagaje y mala fortuna.

167 días sin celebrar una victoria azulona sobre el verde del Torres. La racha más larga esta campaña del fútbol profesional español sin conocer una victoria como local. El Fuenlabrada lo intenta y lo seguirá intentando pero la mala suerte y las dudas, de momento, son sus peores rivales.