El club de los cinco reta a Robert Navarro y su banda
Dos equipos que apuestan por la posesión y el fútbol combinativo se juegan en El Sardinero tres puntos vitales para entrar en la lucha por el ascenso
La Segunda B es una especie de matrioska, una de esas muñecas rusas, que dentro lleva otra muñeca rusa, y otra, y otra. Parece que eso va a cambiar en la nueva 1ª RFEF, pero la moribunda Segunda B, y más este año con 102 equipos, lleva dentro todo tipo de clubes, de un campeón y un subcampeón de Primera, el Depor y el Racing, a modestísimos equipos de pueblo. De estadios que han vivido partidos de competición europea a canchas con una sola y diminuta grada. De hierba natural cuidada con mimo a césped artificial de varias generaciones, 55 metros de ancho y lineas de varios colores pintadas por encima. De jugadores con contrato millonario (en alguno de los filiales, sobre todo) a futbolistas de 400 euros al mes. Y de fútbol de 'patadón p'arriba' a, pocas veces, la verdad, juego combinativo de muchos quilates. Eso es, precisamente, lo que se espera este fin de semana en El Sardinero: Racing-Sanse, la batalla de los jugones.
Xabi Alonso, que es otro cuerpo extraño en la categoría, de paso camino de los grandes banquillos europeos, ha diseñado un equipo joven , pero sobradamente preparado que no negocia el estilo de juego. Quieren ganar, pero no a cualquier precio. El Racing, que lleva demasiado tiempo, lustros, dando tumbos, no es que quiera ganar de cualquier manera, es que necesita hacerlo, pero en el último mes Aritz Solabarieta ha conseguido montar una estructura que gana, y no de cualquier manera. Gana jugando bien y recibe al filial realista con un plan y en el mejor momento de juego en años (el listón estaba muy bajo, tampoco es para emocionarse).
Tras pasar por dos entrenadores y tres esquemas diferentes de juego, el Racing ha encontrado en el 4-2-3-1 un dibujo que saca lo mejor de sus mejores futbolistas y que ha hecho girar el fútbol del equipo en torno a Riki y sus amigos, el club de los cinco: Íñigo y el propio jugador cedido por el Oviedo en el doble pivote, con Soko, Pablo Torre y Bustos en los tres cuartos de cancha. Eso ha permitido a Solabarrieta hacerse con el balón, adelantar el mapa de calor del partido 25 metros hacia la portería rival y llegar constantemente con muchos jugadores al área rival. La duda de los más excépticos es si eso, que han hecho ante equipos modestos en las semanas anteriores, va a poder hacerlo ante los grandes. El Sanse, por ejemplo.
El cuadro blanquiazul tiene un jugador superlativo, Robert Navarro, uno de esos futbolistas con contrato millonario, fichado a golpe de talonario como inversión de cara a un futuro cercano, cercanísimo, en el primer equipo donostiarra. Puede jugar de segundo delantero, de mediapunta o casi de lo que quiera en campo contrario. En la primera vuelta, hizo entre líneas un destrozo al Racing de tal calibre que él solo amargó a Solabarrieta su estreno como entrenador racinguista. Alrededor de este futbolista, catalán de origen navarro, que el Barcelona se llevó de Osasuna y el Mónaco de Can Barça, antes de que los de Anoeta tiraran de cartera, gira todo el fútbol creativo de los de Xabi Alonso, que es mucho. Los donostiarras, por contra, ni son tan fiables en defensa como en ataque ni rinden tan bien a domicilio como en Zubieta.
El Racing llega a este partido como a los de las dos últimas semanas, sin los lesionados Matic, Gerson y Camus. Todo apunta a que Solabarrieta repetirá el mismo once que le ha cambiado la cara al equipo. El filial de la Real, que ha recuperado a Pacheco, llega a Santander sin lesionados ni sancionados y Xabi Alonso podrá elegir sin cortapisas. Ambos equipos, que intentan meterse entre los tres primeros, estarán muy atentos a lo que el Real Unión consiga en su visita al Arenas de Getxo.
El partido, además de la indudable trascendencia deportiva que tiene, supone un pequeño paso hacia la nueva normalidad. A pesar de que el Gobierno de Cantabria solo ha autorizado la asistencia de un máximo de 4.444 espectadores, el Racing ha aprovechado para poner a la venta entradas, 855 exactamente, para el público en general por primera vez desde que la pandemia lo cambió todo. Hasta ahora, la mayoría de los partidos se habían disputado a puerta cerrada y en los que hubo algo de público, solo tuvieron acceso a las gradas los abonados racinguistas. Las 481 que restan por vender saldrán a la venta el domingo de 10:00 a 14:00. Por la tarde no se abrirán las taquillas para evitar aglomeraciones.