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VALENCIA

El Príncipe de Johor, una boya para Peter Lim

El desembarco en la gestión del Valencia del Sultán Tunku Ismail alejaría de los focos y la crítica a Peter Lim sin, a priori, perder su condición de máximo accionista.

El Príncipe de Johor y Peter Lim, en Mestalla.
ALBERTO IRANZODIARIO AS

Durante una cena en la única gira de una expedición del Valencia en Singapur, en mayor de 2016, el Príncipe de Johor, Tunku Ismail, enseñaba orgulloso vídeos de su equipo, el Johor Darul Takzim, que se acaba de proclamar campeón. Pero claro, lo que allí estaba presentando Peter Lim a sus más íntimos no era un título en Malasia, era a los futbolistas del club que se había comprado en la vieja Europa, anhelo de ricos futboleros de Oriente y Asia.

Cinco años después, con la reputación de Lim está dañada por su gestión en el Valencia, con protestas hasta en su hotel de Manchester, reportajes críticos en The Guardian y The New York Times; con guerras abiertas con las peñas, con leyendas blanquinegras, Ayuntamiento y desde el lunes también con la Generalitat, el Príncipe de Johor, amigo personal de Lim, se presenta así mismo como un salvavidas para reconducir la gestión deportiva del Valencia, una boya para que Lim recoja velas y siga al mismo tiempo haciendo oídos sordos a quienes le reclaman y esperan que venda su 84,5% del Valencia.

Se habla de que el Príncipe de Johor, si se consuma su llegada (desde lunes no ha publicado más stories en Instagram y en las oficinas del club reina ley del silencio al respecto), adquiera parte del pastel accionarial del Valencia, aunque también se apunta que Lim mantendría la mayoría. Evidentemente, será una venta a mayor o menor escala, pero desde su visión es simplemente un acuerdo entre socios capitalistas y el traspaso del poder ejecutivo en lo deportivo.

"¿Qué necesita el Valencia? Necesita a alguien que sepa de fútbol", publicó Tunku Ismail. Razón no le falta. Ningún empleado de Meriton es válido para llevar solo las riendas del club como se ha visto desde hace seis años y Lim dejó de confiar en gestores recomendados por terceros o ajenos a su sociedad (Rufete, García Pitarch o Mateu Alemany). Así, en ese contexto, el pacto que se lleva entre manos con el Príncipe de Johor daría luz al túnel en el que está metido Lim en Mestalla. A fin de cuenta, Lim dejaría de estar en el foco de la crítica por su gestión y, de primeras, mantendría su condición de accionista mayoritario. El tiempo dirá si también da luz al Valencia.