Paco López: "La sobreactivación nos podría perjudicar"
El técnico del Levante tiene ante sí la oportunidad de meter al conjunto de Orriols en una final de Copa del Rey. El de Silla analiza la vuelta en el Ciutat para AS.
Paco López (Silla, 1967) tiene ante sí el reto de meter al Levante en una final de Copa del Rey. El técnico valenciano, granota de cuna, confiesa que no ha variado sus rutinas, pese a que a nadie se le escapa que están ante las puertas de la historia. El de Silla lo analiza para AS.
No sé si alguna vez había podido imaginar al Levante en unas semifinales de Copa del Rey.
Bueno, como no soy mucho de imaginar y soñar, soy de vivir el presente, pues no. Pero nos hemos encontrado, por el trabajo que está haciendo este equipo, en una situación histórica para este club. Estamos ansiosos de que llegue el jueves.
¿Qué queda de aquel niño que acudía a la grada central de Orriols?
Han pasado muchos años. Me impresiona lo diferente que es todo, cómo ha cambiado el club, con todas las vueltas que ha dado. De Tercera, Segunda B... a estar cómo estamos. En lo personal, fíjate, después de mi etapa como futbolista, de los años que llevo como entrenador, encontrarme en esta situación es un motivo de orgullo. Primero haber vivido de pequeño como aficionado y ahora verlo como entrenador.
Esa grada central en la que estará el público de forma virtual. Qué lástima para un equipo como el Levante no vivir esta noche histórica con los suyos.
Pues sí, es el único pero a todo esto. El no tener a la gente en nuestro estadio. Ahí sí que por momentos te imaginas lo que hubiese sido vivir este partido con nuestra afición en el estadio. Habría sido increíble. El no va más. Pero somos conscientes de la situación. Lo importante es que los tenemos ahí, empujando desde sus casas, y los sentimos cerca. Están disfrutando con su equipo pase lo que pase mañana. Eso ya es importante. Esta afición merece momentos como este.
¿Soñaba con vivir noches mágicas en Orriols?
Ya te digo, no es una cosa que esperes. También viví como futbolista aquel partido contra el Écija después de una gran temporada. Esta afición merece un equipo en Valencia que pueda estar a la altura. Que creo que siempre lo ha estado. Pero en algo que era muy difícil o inesperado es importante poder dar esta alegría a la gente.
¿Sus rutinas han cambiado?
En absoluto, todo igual. La preparación del partido ha sido como cualquier otro y el día a día lo mismo. El análisis de lo que hemos hecho el último partido, que precisamente ha sido contra ellos, parecido o el mismo. Con la única diferencia de que te enfrentas al mismo rival. Que nos ha pasado últimamente. Pero todo lo demás igual.
¿Siente que a los jugadores se les está haciendo larga la semana?
Pues no creo. No tengo esa sensación. Por lo menos lo que he percibido esta mañana, que ha sido el último entrenamiento. Antes de la sesión solemos hablar con los jugadores y son ellos los que hacen su trabajo de casa y analizan también al rival. Esta mañana lo hemos estado poniendo en práctica y lo vemos todos juntos, lo que han hecho ellos también. Luego lo trabajamos. Por eso te digo que no tengo esa sensación.
¿Qué sensación se respira estos días?
Es cierto que a nadie se le escapa que es un partido histórico. Es un partido que dentro de la plantilla, exceptuando a tres jugadores, no creo que haya nadie más que ha jugado una semifinal de cualquier competición. Por lo tanto, es normal, son humanos. Es un momento de más entrevistas, se habla mucho más del Levante que una semana normal y esas cosas evidentemente se notan.
No sé si tenía alguna charla preparada, pero escuchándole parece que es un partido para controlar esa sobreexcitación, más que estimularla.
Claro, yo creo que eso es uno de los problemas que podría haber en un equipo como el nuestro, que no está habituado a este tipo de partidos. Por ejemplo, el Athletic está bastante más acostumbrado que nosotros. Yo creo que no hace falta motivación. Yo creo que lo que hay que evitar es la activación excesiva. Al final la sobreactivación nos podría perjudicar. En ese sentido lo que detecto es que el vestuario es muy maduro. Intentamos día a día relacionarnos más con el trabajo que con el resultado, eso ayuda que lleguen este tipo de partidos y el jugador sepa que al final el foco lo tiene que poner en la tarea y no tanto en lo que puedes ganar o perder.
El jueves cuando elija once, entiendo que va a tener a alguno cabreado.
Fíjate, en este tipo de partidos, en los que sabes que todo el mundo lo quiere jugar, yo tengo la sensación de que el futbolista se cabrea menos. Porque sabe que es algo histórico, podemos hacer historia, ya la estamos haciendo, pero para todos es importantísimo. Yo creo que es el partido que menos me preocupa en ese sentido. Evidentemente todo el mundo quiere jugar, pero es un partido donde todos son conscientes que tiene que ayudar desde el rol que le toca en cada momento.
¿Cómo se centra la balanza entre disfrutar y llegar con la tensión adecuada?
Precisamente siempre he hablado de eso, es uno de mis mensajes desde que llegué a la primera plantilla. Este equipo tiene el hábito de disfrutar desde el máximo esfuerzo. Creo que es una de las señas de identidad de este grupo. Hemos tratado que sea así desde el primer día. No hay que confundir disfrutar con no darlo todo, no competir. Es que no tiene absolutamente nada que ver. Para mí, el hábito de disfrutar y el del máximo esfuerzo tienen que ir cogidos de la mano. Creo que ese espíritu lo tiene este equipo. La idea va a ser siempre competir de tú a tú contra cada rival, que eso lo hacemos, y a la vez no perder nuestro ADN.
¿Qué partido pasa por su cabeza?
Es difícil saber lo que puede pasar durante un partido. Uno evidentemente tiene un plan. Luego está el rival, ya sabes que en cualquier jugada, en cualquier despiste, todo puede cambiar. En general uno espera que sea un partido igualado, como pasa contra cualquier rival de la categoría, y cualquier detalle puede hacer que se decante la balanza. Es un partido donde los pequeños detalles marcan la diferencia. Pero lo más importante es que estemos centrados en cómo hacer las cosas para ganar al Athletic, y a partir de ahí vivir y gestionar los diferentes momentos del partido.
¿Es bueno o malo haberos enfrentado el pasado viernes contra ellos?
Es complicado saberlo. Ya sabíamos desde hace tiempo que iba a ser así, tratas de adaptarte y sacar las conclusiones oportunas de cada partido. De la ida de Copa, del partido del otro día... Nunca sabes si es bueno, malo o regular. Ellos habrán hecho lo mismo, el análisis correspondiente, y trataremos de mejorar lo que hemos hecho en el partido anterior. Pero es algo que nunca sabes.
¿Cómo se le queda a uno el cuerpo con tantas bajas?
Es algo a lo que también te vas acostumbrando. Que puedan pasar este tipo de cosas. En los años en los que hemos estado fíjate las rachas que hemos tenido, de no tener por momentos ningún central, o como el caso de estas semanas, que hemos pasado de tener cinco mediocentros a prácticamente tener uno solo. Nunca vamos a poner excusas. Tratamos de convertir las dificultades en un reto más. Queremos crecernos y superarnos. Además, como he repetido muchas veces, para mí es muy importante la palabra equipo con mayúsculas y en este sentido cobra más importancia.
¿Se ve la evolución del Athletic desde la llegada de Marcelino?
Bueno, se ve claramente que es un equipo con las señas de identidad de su entrenador. Se han adaptado rápido y él ha implantado las ideas que tiene. Es un equipo que además le viene bien a la forma en la que Marcelino enfoca su planteamiento. Ya lo demostraron en la Supercopa contra Madrid y Barcelona. Eso te hace ver el potencial que tiene ese equipo y sus jugadores; no solo un entrenador con la experiencia de Marcelino, sino también la plantilla que tiene.
En la ida en San Mamés plantaron cara y de qué manera.
Siempre tenemos la idea de competir de tú a tú contra cualquier rival. Pero es verdad que el Athletic es uno de esos equipos que no se nos ha dado nada bien, sinceramente. Perdimos en Liga 2-0 y creo que ha sido el peor partido que ha hecho este equipo este año. El pasado curso recuerdo que nos ganaron 0-2 en La Nucía y 2-1 en San Mamés. Es un equipo que no nos ha terminado de ir bien. Pero eso no significa, como hicimos en la ida o el otro día, que no estemos preparados para ganar. A un partido estamos preparados para ganar a cualquier equipo. Pero somos conscientes de lo que tenemos enfrente.
No sé si siempre tuvo muy clara su idea, más allá de moldearla con el paso del tiempo y adaptarla a los jugadores de los que dispone.
Uno siempre tiene unas ideas en las que cree y, lo más importante, con las que trata de convencer a los jugadores. Pero como todo en la vida, esto es un continuo aprendizaje, una mejor continua, un no parar. Pese a la idea, que es importante, la clave es persuadir y convencer a los jugadores de que crean en esa idea.
¿Se siente un referente?
No, yo no soy de los de sentirme nada en absoluto. Lo que sí que he dicho siempre desde el primer día que llegué a Primera División es que hay entrenadores en categorías inferiores que están preparados y capacitados. Lo que pasa es que no todo el mundo cabe, no toda la gente tiene ese momento. Pero el entrenador español en general cada vez es un técnico más preparado y más capacitado para entrenar a nivel profesional. Evidentemente eso también exige un reciclaje continuo, no parar, insistir y aprovechar los momentos. Pero no me siento ningún referente. En ese sentido me gusta poco el protagonismo, sinceramente.
El premio de la élite le llega con 50 años. ¿Cómo mantuvo la llama de la pasión tanto tiempo?
Precisamente cuando tu profesión es vocacional yo creo que eso te sale. Te nace. No hay más secreto. El día que ya no sienta esa pasión, lo dejaré. Porque es una profesión muy exigente.
¿Qué supone poder aspirar a una final y más con el Levante?
Es algo histórico. Imagínate lo que significa para el levantinismo y los granotas. Creo que la historia está hecha y todo lo que podamos conseguir el jueves es un añadido. Vamos a hacer todo lo posible y darlo todo porque sea así. Pero ya, de entrada, creo que la gente está orgullosa de su equipo.