Riki mueve las piezas en busca de un partido que cuenta para tres ligas
El Racing necesita los puntos para seguir soñando con el ascenso, mientras que el Barakaldo debe sumar para no llegar vendido a la liguilla de descenso
El Barakaldo sabe que salvo remontada heroica deberá jugar en la liguilla que luchará para eludir el descenso a Tercera, aunque aún depende de sí mismo para salir de los cuatro fatídicos últimos puestos. El Racing, en cambio, está en plena remontada para asomarse a los tres primeros puestos al final de la primera fase y seguir soñando con el ansiado ascenso. Con el formato que ha ideado la Federación Española para esta Segunda B en tiempos de pandemia, los tres puntos que se ponen en juego en Lasesarre entre ambos equipos pueden contar, o no contar, para cualquiera de esas tres ligas. No está mal para una tarde de fútbol.
El cuadro fabril, que ha mejorado en competitividad y resultados desde que lo entrena Jabi Luaces, ya no es el equipo que llegó a El Sardinero en la primera vuelta intentando discutir la posesión al Racing y tratando de jugar combinando desde atrás. No. Ahora es más directo, más físico y asume menos riesgos. Su delantero ruso, Nikolai Obolskii es la clave de bóveda de ese nuevo estilo, al que buscan en todos los balones largos y él está dando cada vez más rendimiento. No tanto cara al gol (solo ha metido un gol que no sea de penalti), sino incomodando a los defensas rivales y generando para las incorporaciones de la segunda línea, donde destaca un zurdo de la factoría de Lezama, Aitor Seguín. Es probable que ante el Racing debute Dimitry Imbongo, un delantero francocongoleño de 30 años recién fichado.
Si el jugador franquicia de los fabriles llegó de Moscú, el del Racing hizo un viaje más corto: desde Oviedo. Riki, que apenas contaba para el Cuco Ziganda en el equipo carbayón en Segunda, ha cambiado la manera de jugar del Racing, que con él tiene más el balón, circula mucho más rápido y llega más veces al área rival. Que juego mejor, vamos. El reto que tiene para este fin de semana es repetir eso ante un equipo, el Barakaldo, que también parece en dinámica ascendente, especialmente en Lasesarre. Si la pandilla que han logrado montar Riki, Íñigo, Pablo Torre, Soko y Bustos funciona como lo hizo la pasada semana, el Racing será difícil de parar.
En los locales van a ser baja los sancionados Jose Picón y Markel Etxebarría y los lesionados Martí Crespí y Zorrilla, zagueros los cuatro, con lo que Luaces está cruzando los dedos para que no le pase como al Laredo en el derbi, que tuvo que ir inventándose defensas a medida que avanzaba el partido. Eso sin contar ya que el panameño Jan Carlos Vargas, también defensa central, ha sido dado de baja federativa por lesión de larga duración.
Aritz Solabarrieta también tiene bajas. La esperada de Marco Camus, con rotura de fibras, y las inesperadas de los centrales Matic (malas sensaciones en su muslo derecho, en donde parecía curado de una rotura en el recto anterior) y Lars Gerson, al que un choque rodilla con rodilla en el entrenamiento del jueves ha provocado un esguince del ligamento lateral interno de su rodilla derecha. Está por ver si podrá debutar antes de irse con su selección el 21 de marzo. Si el técnico de Ondarroa estaba valorando la posibilidad de echar a pelear a Mantilla con Ceballos en el lateral derecho para dejar hueco al luxemburgués, como intuyeron sus futbolistas en los entrenamientos de esta semana, podrá seguir dándole vueltas sin prisa.
El duelo de Lasesarre puede ser la prueba del algodón para el nuevo fútbol del nuevo Racing. ¿Será capaz de gobernar el partido también a domicilio y ante equipos en alza (el Alavés B no cuenta ahora mismo en esa categoría)? o ¿volverá a ser ese visitante tímido que sale a contrarrestar el estilo del dueño del estadio? De momento, si en el once inicial el entrenador mantiene su apuesta por esos locos bajitos, que diría Serrat, estára claro el plan. Aunque luego se sufra más a balón parado.