El Racing se da un homenaje ante un Laredo que llegó una hora tarde
Los de Manu Calleja estuvieron irreconocibles, muy lejos de su competitividad habitual, hasta que a falta de media hora, con todo resuelto, tiraron de casta
El derbi no fue lo que se esperaba. Al menos durante la primera hora del partido. Siempre quedará la duda de si el Racing está tan mejorado como para arrollar a un equipo al que nadie le saca los colores o si al Laredo le pudo el miedo escénico. Con el partido decidido y con los dos entrenadores haciendo ya cambios pensando en los próximos partidos, el Charles resurgió de sus cenizas y fue, entonces sí, en la última media hora, los de Manu Calleja ya parecieron el Laredo. Ganaron duelos, pisaron el área rival y marcaron un gol con un testarazo soberbio de Toboso. No les dio para puntuar, pero sí para restañar las heridas antes de abandonar El Sardinero.
El partido empezó con el Racing monopolizando el balón, abriendo mucho el campo, con Riki y Pablo Torre haciendo constantes aperturas a sus extremos, y los jugadores del Laredo, que llegaba con muchas bajas, corriendo, siempre tarde y fuera de cacho, tras el balón. En el 3' llegó el primer gol, en el 5' Pablo Torre dejó a Cedric solo para el segundo (que marró), en el 7' Bustos tiró al travesaño... Demasiado Racing para tan poco Laredo. Nunca en lo que llevamos de temporada los verdiblancos habían demostrado tanta superioridad y solo en Zubieta, ante el Sanse, tuvo el Charles minutos tan desarbolado como en la primera parte de El Sardinero. Las cualidades de los locales y las limitaciones de los visitantes pueden explicar en gran medida lo que pasó, aunque también el madrugador gol de Cedric probablemente sirvió para acrecentar ambas.
Da la sensación que Solabarrieta ha encontrado su sala de máquinas con Íñigo, Riki y Pablo Torre. Empastan entre ellos, sin duda. Riki ha cambiado el perfil del centro del campo racinguista, ha aumentado la posesión y ha hecho que desde su llegada el equipo juega mucho más tiempo en campo del rival. Por su manera de jugar, el ovetense necesita un guardaespaldas y en ese papel encaja perfectamente el de Ampuero, mientras que Pablo Torre ha encontrado un socio que habla su mismo idioma y el de Soto de la Marina cada día juega mejor, al nivel con el que empezó la temporada. Hoy, además, marcó su primer gol en partido oficial con la camiseta del Racing. Ese núcleo duro y los dos puñales que ahora mismo son en las bandas Soko y Bustos empiezan a marcar diferencias.
El equipo de Manu Calleja, que nunca es el mismo en San Lorenzo que a domicilio, eso hay que reconocerlo, fue una versión demasiado baja en calorías incluso teniendo en cuenta esa peculiaridad. El Racing les escondió el balón, es cierto, pero los rojillos parecieron tímidos, hasta intimidados por la trascendencia del choque en Cantabria. Al final, y eso es justo remarcarlo en un equipo que ha jugado tres partidos en ocho días casi con los mismos jugadores, acabó mejor que el Racing. Como espoleado en su orgullo por los tres rejonazos que llevaba en el lomo. Tal vez esa reacción final explica mejor la temporada de los pejinos, que están en el buen camino para asegurar la permanencia, que su descafeinada hora inicial.
En el bando local, que ha sumado 13 de los últimos 15 puntos disputados, el partido sirvió para confirmar que se tardó más de la cuenta en adoptar el 4-2-3-1 como patrón de juego (teniendo a Cejudo y Pablo Torre en la plantilla, parecía de cajón), que Riki ha sido un gran refuerzo y que Isma López y Traver, sin estar en forma, son jugadores de jerarquía en esta categoría. Más dudas ha dejado Luan Capanni, al que su agente define como un "Ibrahimovic más rápido" y que hoy pareció un Balboa más rápido, más preocupado con engarrarse con Faouzi, que también le fue la marcha, que de otra cosa.