El 'chachismo' se resume en cinco frases
Coudet se mantiene fiel a unas máximas de las que no se sale en sus declaraciones. Permanencia, estilo y Aspas son las líneas rojas del Chacho.
A Eduardo Coudet le gusta tener el control de los partidos y también el de sus comparecencias ante los medios. Para dominar en el terreno de juego utiliza un innegociable esquema táctico 1-4-1-3-2 y ante la prensa emplea un método que consiste en repetir una serie de máximas independiente de cuál sea el rival, el resultado o la cuestión que se le haya realizado sobre la actualidad. El ‘chachismo’ se resume en cinco frases.
"Sostener una idea": No hay más explicación táctica en las previas de los partidos. Da igual que la pregunta sea sobre el Atlético de Madrid o el Elche. Coudet pasa de puntillas sobre las características del rival y se centra en enfatizar que su equipo se va a mantener fiel a sus principios futbolísticos de presionar en el campo contrario e intentar ganar la batalla de la posesión para pisar el área rival el mayor número de veces. Al término de los encuentros, el análisis se centra en si sus pupilos fueron capaces o no de “sostener” la famosa idea.
"Mi objetivo personal es salvarnos sin el sufrimiento de las dos últimas temporadas": Se marcó una meta yendo último y no se ha movido un ápice pese a encontrarse cómodamente clasificado en la novena posición de la tabla. Coudet no quiere ni oír hablar de Europa. Se define como “realista” y para apaciguar a los optimistas siempre recuerda que el Celta se salvó de manera agónica en las dos últimas campañas.
"Si están todos intentamos jugar a lo que queremos, pero si falta alguno jugamos a lo que podemos": Es una forma de decir ‘no le pidas peras al olmo’. El Chacho confía ciegamente en su once ideal, tampoco tiene dudas respecto a lo que pueden aportar los dos refuerzos argentinos del mercado de invierno, pero sobre el resto de sus pupilos tiene serias dudas. El batacazo en la Copa contra el Ibiza y el rendimiento que el equipo ha ofrecido cuando han faltado Iago Aspas, Renato Tapia o Denis Suárez han reforzado su punto de vista.
"A mí nadie me mintió": Asegurando que el Celta le dijo lo que había en relación a futuros fichajes cuando lo fue a buscar al Internacional de Porto Alegre, el técnico argentino despeja todas las preguntas referentes al mercado. Pese a que reitera que dispone de “una plantilla corta”, durante el mes de enero no lanzó ningún dardo a la directiva reclamando refuerzos. Tampoco se ha quejado por la salida de Lucas Olaza o por la frustrada negociación con Franco Cervi. Coudet opta por lavar los trapos sucios en casa.
"Si corre Iago, tiene que correr hasta el entrenador": Al Chacho no le gusta individualizar, pero hace una excepción con Aspas. Los elogios se acumulan cada vez que se refiere al moañés. “Es nuestro mejor jugador”, “el diferente que tenemos” o “tampoco el Barcelona es el mismo sin Messi” son sólo algunos ejemplos. Incluso ha confesado que su hijo lo considera el futbolista más diferencial que ha dirigido su padre. Ni el pasado viernes hizo una excepción, después de que el ‘10’ recibiera la quinta amarilla por enredarse en una discusión con Verdú cuando el partido ya estaba visto para sentencia. Una pregunta sobre si estaba molesto con su estrella la convirtió en una oda al de Moaña.