"En el Espanyol me veía de capitán y jugando diez años"
Javi Márquez se ha convertido en uno de los expertos de LaLiga SmartBank en Movistar. Ya retirado, sigue siendo un apasionado del fútbol. Analiza su carrera y el Mallorca-Espanyol.
Cuando Javi Márquez debutó con el primer equipo del Espanyol, todos los aficionados a la Ciudad Deportiva abrieron una botella da cava. Obviamente, de manera simbólica, pero por fin veían en lo más alto a uno de los jugadores de la cantera que más le había costado ganarse la oportunidad. Y vaya si la aprovechó. Cuando mejor estaba en el primer equipo le llegó la lesión y luego una renovación que se enquistó tanto que acabó con el de Badalona en la grada y su marcha por la puerta de atrás al Mallorca. Allí bajó de categoría. Luego Granada, Elche y Nàstic, con un periodo en la Major Soccer League estadounidense. Ya retirado, ahora comenta para Movistar y Gol el fútbol español y europeo. Conocedor de LaLiga SmartBank, es protagonista también del encuentro estrella de la jornada.
Del Espanyol pasó al Mallorca ya hace nueve temporadas y este domingo se miden ambos equipos en Segunda. ¿Qué le transmite este duelo por todo lo alto?
Veo a dos equipos muy fiables. Es cierto que el Espanyol en estos últimos cinco partidos dejó de dominar las áreas. Perdió esa solvencia defensiva. No fue eficaz arriba pero generó mucho, pero su problema lo tiene atrás. Debe recuperar esa seguridad. El Espanyol puede jugar a la contra o puede dominar y someter al rival, como el Mallorca. Son parecidos. El Espanyol tiene más recursos en ataque, pero el Mallorca está en un momento que minimiza los errores. Los centrales lo están haciendo muy bien.
Usted, que ahora analiza el fútbol para Movistar, Radio Marca y Gol, es un gran conocedor de Segunda. ¿Qué jugador del Espanyol le ha sorprendido?
Javi Puado. Es el jugador que vive a la sombra, y creo que es el más importante en los últimos partidos. Lleva cinco goles y varias asistencias. Es muy inteligente, sabe ocupar los espacios, sabe donde recibir, interpreta los movimientos de los compañeros, presiona... Y tiene calidad y es generoso. Además, es de la cantera, y por eso hay que darle valor. Hizo muy buena media temporada en Zaragoza. Él no alza la voz. Al inicio parecía que no iba a ser importante, pero ha demostrado que es vital.
¿Y del Mallorca?
Los centrales, Salva Sevilla, Dani Rodríguez... Pero esos ya no me sorprenden. El que me ha sorprendido para bien es Iñigo Ruiz de Galarreta. Su trabajo es fundamental, recorre kilómetros, tiene juego, no pierde balones... Es indispensable.
Sigue transmitiendo la misma pasión por el fútbol que cuando jugaba. ¿Quiere seguir vinculado a este deporte?
Al principio no era algo que tuviera en la mente. Cada vez estoy más a gusto en esta faceta. Así me lo transmiten los responsables de los medios. Siempre pensé que podía estar cerca de un equipo de fútbol. Intento vivir el día a día, pero estoy preparado por si llega la oportunidad de estar en un club. Estoy pendiente de sacarme el curso de entrenador UEFA Pro. He estudiado mucho: tengo el resto de niveles, el de secretario técnico, el de director deportivo... Me gusta hacer cursos de análisis, de scouting... Te hace tener una percepción más grande de todo.
Y, ahora, con el paso del tiempo y una vez retirado, ¿qué nota le pone a su carrera?
Debo estar tremendamente orgulloso. Con diez o 12 años cuando iba al campo de la Teixonera o a la Zona Franca con el autobús del Espanyol no me lo imaginaba. Me veía condiciones para llegar a Primera, pero no para jugar tantos partidos. Pero se me queda la espina clavada de mi marcha del club, debería haberme ido de otra manera. Las lesiones fueron importantes. Cuando Illarramendi me hizo aquella entrada estaba cerca de la Selección... Y luego en Mallorca me pasa lo mismo con la lesión. Los que somos de tener el balón tenemos más opciones de que nos puedan dar. Quizás mi carrera tenía que haber llegado a un punto más alto.
Habla de aquella salida del Espanyol. Han pasado años y ya se explicó todo. ¿Se arrepiente de algo?
Me dio pena cómo me tuve que ir. Era un jugador importante en la plantilla. Hubo una serie de problemas que no eran deportivos, y luego ya pasé de jugar a estar en la grada. Quería renovar y que se me valorara. Venía del filial y mi contrato era bajo. Pero nunca quise ser el mejor pagado, solo ganar acorde a mis minutos, y ojalá hubiera podido haber estado diez años en el club. Me podía haber marchado, pero no lo hice, siempre quería seguir en el Espanyol.
Y se fue al Mallorca...
Es cierto que cuando estoy tanto tiempo en la grada sin oportunidades al final me tengo que marchar y tengo que seguir mi camino. En ese momento tenía que haberme expresado, decirlo de otra manera... Quizás estuve mucho tiempo callado. No quería hacerle daño al club ni que mi imagen se dañara, ya que venía de una lesión, de jugar además infiltrado. Viví cosas duras y me sentí perjudicado, pero no le guardo rencor a nadie. Seguro que me equivoqué y seguro que Pochettino también. Seguro que los dos actuaríamos ahora diferente. Él ha madurado como técnico y yo pienso diferente. Reconozco que aprendí mucho con él. Hay una situación que marca un antes y un después. Me veía de capitán y jugando diez años... Pero no guardo rencor, le deseo lo mejor.
¿Qué supuso el Mallorca en su carrera?
El club me abrió las puertas de par en par. Le agradezco mucho a Serra Ferrer todo lo que hizo por mí. En la jornada tres me rompen el tobillo y Nunes se lesiona de la rodilla... La columna vertebral del equipo se quebró, nos metemos abajo cuando estábamos además en Europa. Cuando tienes grandes jugadores y te metes abajo, lo acabas pasando mal. Y bajamos.
¿Y cómo se mentaliza un jugador acostumbrado a jugar en Primera a hacerlo en Segunda?
Tienes que aceptarlo. Hay jugadores que se sienten comprometidos, que quieren devolver al club a su lugar. Otros que no tienen opciones para salir por sus contratos o porque no hay ofertas y al final deben quedarse porque no hay otra solución. El jugador quiere volver a Primera, y si además tienes el vínculo con Espanyol o Mallorca te arraiga mucho más.
¿Le costó colgar las botas este verano?
La temporada anterior fue difícil en el Nàstic. Muchos veníamos de Primera. Hubo un cambio de técnico muy rápido y ocurrieron una serie de cosas que no fueron positivas. Me mermó mentalmente. En la jornada diez decayó la ilusión. Pude irme al extranjero, a algún otro club de Segunda, pero la ilusión decayó.