Los cinco momentos clave de Mendilibar en el Pucela
El técnico vasco consiguió un ascenso de récord y dos permanencias en la última jornada. Fue despedido en la campaña 2009-10 en loor de multitudes
José Luis Mendilibar volverá a verse las caras con el Real Valladolid y estos reencuentros siempre tienen algo de espacial, ya que el técnico vasco es uno de los iconos en blanco y violeta, un técnico que dejó huella en los aficionados. Mendilibar tuvo muchos momentos en el Real Valladolid, pero cinco de ellos resumen de forma efectiva su paso por el club castellano, desde el ascenso hasta el día que fue destituido y el equipo terminó volviendo a Segunda.
El primero de esos cinco puntos lógicamente es el de su llegada, en el verano de 2006. El club navegaba desde hacía tres campañas por la Segunda y la cosa parecía ir para largo, ya que la pretemporada en Austria no dejó demasiadas sensaciones positivas. En ella se produjo el mítico episodio con Sisi, cuyo nombre completo es Sisinio. Mendilibar le llamaba Sisiano y el jugador le recordó su nombre correcto; la respuesta del técnico fue contundente "tú te llamas como yo diga". Las famosas 'volatas' como castigo y el carácter del vasco fueron calando en un equipo que se parecía cada día más a su entrenador.
El segundo punto es la clave de la estancia de Mendilibar en Pucela, es el ascenso de la temporada 2006-07 el 22 de abril en Tenerife, que está ya instalado en el imaginario colectivo y aunque después han llegado otros ascensos, aquel fue una catarsis en el club y los aficionados, que lo celebraron el 23 de abril colapsando la ciudad, en una fiesta inolvidable y seguramente irrepetible. El comienzo de la temporada no fue nada bueno e incluso Mendilibar estuvo en la cuerda floja en la jornada sexta, tras perder en casa 2-3 con el Salamanca y acumular tres derrotas y un empate en esas primeras jornadas. Pero la reacción fue sencillamente espectacular con 28 jornadas seguidas sin conocer la derrota, 21 partidos ganados y siete empatados que catapultaron al Pucela al ascenso ocho jornadas antes de finalizar el campeonato, campeonato que se anotó al final con récord de puntos (88) incluido. En la mítica celebración tras el partido en el hotel, con la alegría desbordada, Mendilibar terminó 'bautizando' al entonces alcalde, Javier León de la Riva, con un cerveza sobre su cabeza.
El tercer punto sería la permanencia lograda en esa primera campaña en Primera para el Pucela de Mendilibar, que tuvo que llegar en el último partido de Liga. El técnico ya mostraba su carácter y su pulso con la prensa era constante, siempre desde el respeto, pero también haciendo valer su punto de vista ante los 'cabroncetes' como le gustaba decir. Esa campaña 2007-08 fue también con inicio complicado, ya que en las 10 primeras jornadas sólo sumó seis puntos de 30 posibles, con cuatro derrotas consecutivas incluidas. En toda la temporada logró 12 victorias y 15 empates que abocaron al equipo a buscar la salvación en la última jornada. El partido se jugaba en el Nuevo colombino onubense y tuvo incertidumbre hasta el final. Recreativo y Valladolid se la jugaban y el comienzo no pudo ser más complicado, con retraso del inicio del choque una hora, ya que el partido que tenían que jugar Mallorca y Zaragoza hubo de retrasarse ese tiempo y afectó al resto. En el minuto 40 el gran Joseba Llorente ponía el 0-1 y casi sobre la bocina Javi Guerrero ponía el 1-1 final que a la postre salvó a los dos equipos, por lo que el estallido de alegría en el Colombino fue general.
El cuarto momento álgido fue de nuevo la permanencia lograda en la campaña 2008-09, segunda de Mendilibar en Primera y de nuevo agónica hasta el final. En esta ocasión el comienzo de campaña fue mejor e incluso existió la opción de pelear por algo más, pero todo se torció a falta de 11 jornadas. El Valladolid en la jornada 27 tras ganar al Getafe (1-0) se colocaba noveno en la tabla con 39 puntos a 13 de Osasuna que marcaba el descenso. Pero las siguientes 11 jornadas fueron un calvario y el Valladolid no ganó un sólo partido más, logrando cuatro empates que le llevaron hasta los 43 puntos y se salvó de milagro. Ese cuarto momento álgido sería el partido final ante el Betis, ambos equipos con el agua al cuello. Dependiendo de otros resultados y mirando a otros campos, la primera parte iba todo a favor del Real Valladolid que incluso se adelantaba con gol de Aguirre (lo único que hizo en todo el año) antes del descanso. Todo se complicaba en la segunda mitad, los resultados de otros campos no ayudaban y el Betis empataba con gol de Oliveira. El Benito Villamarín rugía y el Valladolid aguantaba, sabiendo que si perdía, bajaba. Sergio Asenjo se hizo enorme aquel día con paradas inverosímiles y el partido acabó con empate 1-1 y con el descenso del Betis y la permanencia para el Real Valladolid.
El quinto momento llegaba en la campaña 2009-10, cuando Mendilibar era destituido por el entonces presidente Carlos Suárez. Lo cierto es que el inicio no había sido de nuevo nada bueno, con 18 puntos en 20 jornadas, aunque el equipo no estaba en descenso cuando fue despedido. Fue la campaña de los Medunjanin, con sus gestos hacia la grada, Pelé o Nivaldo y la campaña en las que las supuestas escapadas de jugadores a Salamanca lo fueron ensuciando todo. Mendilibar también estaba ya desgastado y todo se unió para que el vasco dejara el club, provocando de nuevo una catarsis en los aficionados que fueron al estadio a despedir en masa a uno de los entrenadores que más huella ha dejado en el Real Valladolid. A pesar del cambio de entrenador, ni Onésimo ni Clemente consiguieron evitar el descenso aquella temporada.