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REAL VALLADOLID

"Si hubiera una oportunidad de regresar a Valladolid, aceptaría seguro"

Mendilibar recordó el ascenso en Tenerife de 2007. Las imágenes de aquel 22 de abril y de la celebración están en su mente, así como el cariño de los aficionados. Inmerso en las negociaciones para el regreso a la competición, ve el protocolo muy complicado

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"Si hubiera una oportunidad de regresar a Valladolid, aceptaría seguro"
AS.COM

Dejamos atrás una semana en la que se cumplieron 13 años del ascenso de 2007 (22 de abril) en Tenerife. Una campaña que estuvo marcada por la trayectoria espectacular del Real Valladolid y por la personalidad del hombre que lo dirigió desde el banquillo, José Luis Mendilibar.

El actual técnico del Eibar cumple el confinamiento en Zaldibar y se mantiene ocupado con la atención a sus jugadores y sobre todo con las reuniones que se están manteniendo para encontrar la fórmula de retomar la competición, algo que cada vez se antoja más complicado: "Lo peor es no saber lo que puede pasar y cuando, la incertidumbre. Se oyen muchas cosas, hay una fecha para empezar, luego se atrasa, se da otra distinta... luego nos dicen que hay que terminar sí o sí... aunque sea en septiembre o en octubre... es todo muy incierto; y si se alarga tanto ¿cómo solucionamos el tema de los contratos de los jugadores? muchos acaban el 30 de junio. Parece que todo fuera fácil y sencillo, pero nos mandan un protocolo que es imposible de cumplir y lo tenemos que hacer porque lo dice un señor. Son cosas con las que te comes la cabeza para nada, ya que al final los que van a decidir son las autoridades sanitarias".

Puede parecer que, al no haber fútbol y que un entrenador no tiene que hacer el trabajo físico como los jugadores, puede estar más inactivo o relajado... nada más lejos de la realidad: "Todas estas cosas son un quebradero de cabeza permanente y más teniéndolas que hacer por vídeo conferencia, por teléfono o como sea posible. Tenemos que hablar con los chavales, ya que están preocupados y por ello estamos todos en permanente contacto, con los jugadores, el cuerpo técnico, con los consejeros y al final para sacar pocas conclusiones porque sabemos que no podemos hacer absolutamente nada. El problema es que el 'run-run' está en la calle y los jugadores preguntan, pero insisto, al final haremos lo que el gobierno marque para todo el mundo".

A nivel personal, Mendilibar no escapa al confinamiento y lo vive con su familia: "Estoy junto a mi mujer y mi hija en casa. Mis otros dos hijos, uno está en Madrid y el otro también vive aquí, pero en otra casa. Lo llevamos bien, tranquilos. Sabemos que lo tenemos que pasar y echas mano del fútbol que has visto y de jugadores que quieres ver, sumado a los que contaba antes. Van pasando los días y también leo libros, aprovecho para hacer esas cosas que durante la temporada son complicadas... yo lo estoy llevando bien"; esa tranquilidad se torna añoranza cuando recuerda el césped: "Echo de menos el día a día del entrenamiento, levantarte por la mañana, ir a entrenar, estar con los jugadores. Los partidos son lo más importante, pero yo soy más entrenador de cada día".

Esos 13 años han hecho que aquel ascenso haya ido convirtiéndose casi en una leyenda, por cómo se consiguió y como se celebró. Mendilibar no escapa al embrujo de una fecha de la que fue principal responsable: "No lo olvidamos; tenemos un grupo encabezado por Aramayo y se llena de imágenes, vídeos y mil recuerdos. Leo las cosas que vosotros volvéis a escribir cada año. Con el paso del tiempo te das cuenta de que subimos ocho semanas antes de terminar la Liga y eso es muy difícil de hacer y de repetir para cualquiera; es algo que en ese momento no te das cuenta de lo que significa, pero luego con el paso de los años te das cuenta de cómo fue la temporada, de los records que se lograron. Encima recuerdo que la campaña no empezó demasiado bien en las primeras seis jornadas y luego ya sí, todo fue perfecto. El día que yo firmé por el Valladolid, un día antes lo hizo Iñaki Bea y un días después Álvaro Rubio y se fue configurando un equipo con el resto de jugadores. La directiva nos dijo que estuviéramos tranquilos, no nos exigió el ascenso, no estábamos tan forzados como los años anteriores; esto nos dio confianza y pudimos centrarnos en el futuro con tranquilidad".

La cifra en Segunda sigue siendo increíble, 29 partidos seguidos sin perder, con 21 victorias, poco más se puede decir: "En ningún otro equipo lo he vivido, no sé si en el Baskonia en Tercera División... Es muy difícil de repetir y sobre todo con esa cifra de victorias; salíamos al campo pensando que íbamos a ganar los partidos y no por una cuestión de chulería, sino porque estábamos convencidos de ello. Recuerdo un partido en El Ejido que perdíamos 2-0 al descanso y yo les dije que estuvieran tranquilos y que siguieran jugando igual que no podíamos tener tan mala suerte todo el tiempo y vencimos 2-3. Ese día nos dimos cuenta de que no podíamos perder".

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J. L. Rojí

Esas primeras jornadas se llegó a pensar que el técnico sería cesado después de perder en casa ante el Salamanca, pero el de Zaldibar no tuvo noticias en ese sentido: "Yo creo que no existió esa posibilidad, a mí nadie me dijo nada de eso, aunque es verdad que en esas circunstancias el último que se entera es el entrenador. Creo que estábamos jugando mejor de lo que los resultados decían. Yo no estaba intranquilo aunque los resultados no acompañaban; luego llegaron.. aunque otras veces no te dan ese tiempo necesario porque hay prisas para todo".

Si el 22 de abril fue tremendo, el 23 la llegada a Valladolid no se le borra de la retina al técnico... 13 años después: "No nos lo esperábamos. Montas en el barco por el río y empiezas a ver los puentes repletos de gente y hasta llegar a la ciudad, todo el mundo estaba allí. No sé si ha habido algo similar en la ciudad en todos estos años, pero creo que no, y tampoco lo he vivido en ningún otro lado. Aquel día no salió la gente que normalmente iba al estadio, salió toda la ciudad reconociendo que el Real Valladolid de aquella temporada había hecho cosas espectaculares".

Está claro que todo esto dejó poso en alguien tan auténtico como Mendilibar, que vuelve a aquellos años cada vez que escucha la palabra Valladolid: "Siempre pienso en los buenos cuatro años que estuve allí y sólo pienso en lo bueno, olvidé lo malo. Fue mi primer equipo digamos profesional, aunque ya había estado en Lanzarote. Fue el primer equipo en el que tenía objetivos grandes que conseguir. Fue la oportunidad que nos dieron para hacer cosas; Valladolid fue volver a empezar como entrenador, hacer cuatro años buenos y de ahí en adelante estar siempre en Primera que es lo que todos queremos y Valladolid fue donde todo empezó".

Parece que ahora mismo el Eibar estuviera hecho a medida de Mendilibar, pero la vida da muchas vueltas y el banquillo de Zorrilla podría volver a acoger a un técnico que sigue teniendo un sitio reservado en el corazón blanquivioleta: "Nunca lo he descartado eso por supuesto. En un sitio en el que has estado bien y encima cuando llegas ves que la gente te quiere cuando entras al estadio antes de un partido todavía hoy; soy un entrenador de estar mucho tiempo en el mismo sitio, cuatro años en Valladolid y Osasuna y ahora cinco en Eibar. No sé qué pasará con este problema del virus, creo que el fútbol pegará un pequeño cambio, porque el ritmo que estaba cogiendo con tanto dinero y movimiento era muy difícil mantenerlo; imagino que bajará ese ritmo y ya veremos cómo salimos de esta y por supuesto, si hay alguna oportunidad de volver a Valladolid, si está en mi mano, por supuesto que aceptaría, seguro".

Ronaldo llegó en 2018 con el ascenso recién conseguido y está cambiando la faz de un club que se había quedado anclado; con el estadio lleno y las estructuras en plena evolución, Mendilibar desde la distancia sigue ese proceso: "La llegada de Ronaldo al club anima; que un crack como él llegue a una ciudad y a un equipo, tiene una gran repercusión, incluso para los que no le gusta el fútbol. Ronaldo como presidente del Real Valladolid influye en que todo el mundo vea, hable y oiga del equipo por todos lados. Pero además el equipo lo está haciendo bien, con Sergio González que logró el ascenso y lo ha mantenido, sin un gran presupuesto. Al club ha llegado un crack, pero no se ha vuelto loco con el equipo, va poco a poco y creo que lo está haciendo bien y con normalidad. Tener a Ronaldo delante anima a sus jugadores a hacer las cosas lo mejor posible".