Fernando Vidal sabe que su etapa en el Deportivo ha terminado
La crisis deportiva y económica se cobrará la factura más alta. El presidente y su consejo buscan con Abanca la salida más digna y que menos perjudique al equipo.
El Deportivo sigue empeñado en explorar nuevos fondos en su caída libre y la crisis, tanto deportiva como económica, está a punto de cobrarse una víctima al más alto nivel. El presidente Fernando Vidal y su consejo de administración ya saben que su etapa al frente del club coruñés ha terminado y todo hace indicar que no estarán en el cargo cuando acabe esta semana.
El descalabro en Coruxo fue la gota que colmó el vaso para que Abanca tomara cartas en el asunto, aunque ni mucho menos el motivo principal. La pérdida de confianza por parte de la propiedad en Fernando Vidal y su equipo ha ido a más en las últimas semanas, con los recortes del mercado de invierno como máximo reflejo. Ahora, la entidad y el consejo buscan la fórmula para concretar una salida lo más digna posible y que no afecte demasiado al equipo, teniendo en cuenta que no se puede cesar a los consejeros si no es en una Junta de accionistas. Hay que tener en cuenta, eso sí, que el club todavía debe celebrar la asamblea del pasado ejercicio y la intención era fijarla en marzo.
Fernando Vidal, poco más de un año en el cargo
Vidal llegó a la presidencia del Deportivo el 14 de enero de 2020 en su segundo intento. Y lo hizo precisamente con su acuerdo con Abanca como gran aval en la carrera electoral. En este periplo de ritmo vertiginoso, su mayor gloria tuvo lugar nada más aterrizar, con un mercado de invierno de campanillas y un inicio fulgurante de la mano de Fernando Vázquez.
Todo se complicó en verano, con el descenso a Segunda B y algunas intervenciones poco afortunadas durante el caso Fuenlabrada, y ya no pudo remontar el vuelo. A pesar de tener el mayor presupuesto y la plantilla más cara de Segunda B, el Depor ha dejado de funcionar y ni siquiera la bala del cambio de entrenador, sacrificando a Vázquez, le ha servido para enderezar el rumbo... ni salvar su puesto.