Mantilla, corazón de león, y diez más contra el Leioa
El defensa camargués, tocado en el hombro desde el inicio de la temporada, es ahora mismo el jugador sobre el que monta su defensa Aritz Solabarrieta
Hubo un momento en la pretemporada en el que el Laredo creyó posible lograr que el Racing le volviera a ceder una temporada más a Álvaro Mantilla, pero Rozada, Amorrortu y Pedrín Menéndez coincidieron (entonces todavía se ponían de acuerdo) en que el camargués estaba por delante de Juan Gutiérrez y Goñi y debía quedarse en la primera plantilla. Pensaban más en él como lateral derecho que como central, la verdad, pero creían en su poderío físico, su velocidad y su polivalencia. Y eso que en el primer partido de liga, hecho un flan, estuvo fatal frente al Portugalete, colaboró con Iván Crespo en el gol de los portugalujos y salió del equipo durante mes y medio. No se rindió, ni tan siquiera a las recurrentes subluxaciones de su hombro izquierdo, que desde noviembre sabe que le harán pasar por el quirófano. Hoy, para Solabarrieta, que quiere una defensa agresiva y adelantada, el Racing son Mantilla y diez más. Lo que le falta de hombro le sobra de corazón.
Con Matic lesionado, Gil sancionado, Figueras despedido y un refuerzo por fichar, todo apunta a que Villapalos será la pareja de baile del de Maliaño en el centro de la defensa. El madrileño ha jugado muchos partidos en el Atlético Baleares en esa posición, por ejemplo en el que el Racing ascendió de categoría en Son Malferit, y sus dos mejores partidos de verdiblanco, los primeros, los amistosos ante Bilbao Athletic y Sporting B, los ha jugado también ahí. El problema es que sus características son las de Figueras, contraindicadas para tirar la defensa en el centro del campo, que es lo que parece tener diseñado en su cabeza el técnico de Ondarroa. Isma López, en el lateral izquierdo, es el que más posibilidades tiene de los tres nuevos de entrar en el once inicial.
Mantilla, corazón de león, y diez más contra el Leioa
El 4-2-3-1 parece haber venido para quedarse tras ver la mejoría que el equipo experimentó con balón frente al Alavés B, con Riki empastando muy bien con los trescuartistas, lo que dio aire a Soko, cada día mejor en el extremo derecho, y a Pablo Torre, que por primera vez en dos meses pareció disfrutar con el balón en Ibaia. Dos Álvaros, Cejudo y Traver, se disputan la parte izquierda del ataque. Ambos son diestros, con tendencia a meterse hacia dentro y abrir pista de despegue para Isma López por aquel carril. Habrá que ver si el físico le da para 90' al navarro, que lleva dos meses sin jugar un partido.
El Racing es claro favorito para ganar al Leioa, que fuera de casa tiene unos números espeluznantes: un empate y cinco derrotas, con un gol a favor y diez en contra. Llega además a Santander tras haber salido 13 de sus jugadores el jueves de diez días de confinamiento coronavírico, y con cuatro bajas importantes: su delantero centro Pradera (un incordio más dañino en casa que fuera) y los tres laterales que utiliza Iker Bilbao, Aguirrezabala, Morcillo y Marcé. Eso sí, los leioatarras pueden agarrarse al dato irrefutable de que su única victoria la consiguieron, precisamente, contra el Racing.
Con El Sardinero de nuevo vacío por la normativa vigente en Cantabria en la lucha frente al COVID-19, el Racing, que ahora recibe seguidos a Leioa y laredo, necesita empezar a hacerse fuerte en su casa, dos derrotas, dos empates y dos victorias hasta ahora, si quiere tener alguna posibilidad de conseguir una remontada que le lleve a acabar la primera fase entre los tres primeros, lo que le permitiría, de una tacada, poder pelear por el ascenso y, en caso de no lograrlo, asegurar su presencia en la 1ª RFEF para la próxima temporada. Ahora mismo lo firmaría el racinguismo, que está en esa fase en la que cualquier chimenea le parece una fábrica.
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