El Racing se reencontró consigo mismo ante el Bilbao Athletic
Los dos grandes favoritos en su grupo jugaron un buen partido, en el que cada uno fue dueño de una de las mitades. Gran gol de falta directa de Bustos
El Racing se reencontró con El Sardinero. Y con el fútbol. Y con un rival de su estilo. Y consigo mismo. Tras el ensayo fallido de Les Calelles, los de Javi Rozada no se podían permitir, más allá del resultado, otro petardazo y aprovecharon la visita del Bilbao Athletic, teóricamente su gran rival en la lucha por el primer puesto del grupo, para medirse. Y no salió mal la tarde.
Rozada volvió a apostar por el 4-3-3, con Villapalos debutando de racinguista como central, Íñigo, Benktib y Pablo Torre en la sala de máquinas y los extremos a pie cambiado. Más allá de algunos desajustes en la presión alta (que intentaban los dos equipos) y un par de apuros de Iván Crespo por intentar el pase en vez del despeje, la primera parte dejó apuntes interesantes. Como por ejemplo que es un equipo vertical en cuanto tiene la pelota y que generó más llegadas al área que los cachorros, o que Ceballos (magnífico y muy valiente con balón), Benktib e Íñigo firmaron en la primera media hora sus mejores minutos como racinguistas. O como el golazo de Bustos, un escuadrazo desde la frontal a saque de libre directo.
Y en estas llegó el minuto 35'. Justo el momento elegido por Pablo Torre para desplegar el capote, envolver a Beñat Prados con él, mandarle hacia la derecha y, de inmediato, con una revolera digna de Morante de la Puebla, dejarle sentado y a la media vuelta dar un pase que dejó solo a Bustos ante Iru, que salvó. No se puedo gritar el gol, pero fue el primer gran ¡ooooooooh! de la temporada. No será el último.
La segunda parte fue otra cosa. La segunda parte fue del Bilbao Athletic. Rozada quiso dar más minutos a la mayoría de los futbolistas, solo hizo dos cambios en el descanso, y a medida de que iban pasando los minutos el balón y el juego iban siendo cada vez más rojiblancos. Las mejores ocasiones las tuvieron, sin embargo, en pleno carrusel de cambios, Dani González, Nico Santos y Jordi Figueras; dos buenas paradas de Agirrezabala y un poste. Juan Artola era, en el otro área, el jugador más desequilibrante del momento. No fue, sin embargo, una segunda parte perdida. Con los detalles de jugón de Martín Solar, la capacidad innata de llegar al remate en todas las jugadas de Dani González, y el despliegue físico de Mantilla, Rozada dio por bueno el segundo tiempo. Y el partido en general, en que solo Ismael Benktib disputó los 90'.