Una eliminatoria de enjundia pero con la mente en otro lado
Sevilla y Valencia se enfrentan en el que a priori es el cruce más atractivo de los octavos pero sin que la Copa aparezca en sus prioridades de la temporada.
Un Sevilla-Valencia suena a encuentro de postín sea en la competición que sea y con las circunstancias que sean (sigue el partido en directo en AS.com). Si a uno de los clásicos del fútbol español, no en vano los chés son el rival al que más veces se han enfrentado los sevillistas, se le unen los condicionantes de disputarse en una Copa del Rey a partido único y con el recuerdo de las últimas eliminatorias en las que ambos se cruzaron, se obtiene como resultado el que probablemente sea el partido más atractivo de los octavos de final.
Ocurre, sin embargo, que el contexto que rodea a ambos equipos, totalmente opuesto, invita a pensar que si bien no puede decirse que la Copa les estorbe, tampoco es una prioridad. Si en el Valencia lasituación clasificatoria en la Liga invita a no distraerse con asuntos que pudieran poner en peligro la permanencia, la situación en la tabla del Sevilla y su obsesión por convertirse en un habitual en la Champions hace que el interés en el torneo del KO no sea total.
Sin embargo, la Copa del Rey es la única oportunidad que tienen Sevilla y Valencia para tocar plata esta temporada, puesto que la posibilidad de que los locales puedan alzar la Champions es tan escasa como que pudiera alcanzar al Atlético de Madrid en la Liga. Y en Valencia nadie olvida que la última gran alegría del club llegó en esta competición y en esta misma ciudad, aunque en la otra orilla futbolística.
Si la Copa ya invita de por sí a las rotaciones, el estado físico de los hombres de Lopetegui y Gracia anuncia unos onces con bastantes caras nuevas. Ambos técnicos rehúsan referirse a sus pupilos como unidades A y B, pero lo lógico es que un bando aparezcan habituales de la Copa con Gudelj o Idrissi y, en el otro, Lato o Sobrino.
Eliminatorias como la de esta noche han forjado una enemistad íntima entre Sevilla y Valencia. En Nervión, un nuevo capítulo de un clásico.