José Gomes es el entrenador de moda
El chico que se saltaba las clases de universidad para ver al Oporto de Bobby Robson ahora busca ascender al Almería a pesar de que estuvo en la cuerda floja en octubre
El 27 de julio del año pasado sorprendió la llegada de José Gomes al Almería apenas antes de disputar la convulsa promoción de ascenso. La propiedad saudí destituyó a Mário Silva y trajo a su compatriota, con contrato en el Marítimo, donde buscaba construir un proyecto para disputar competiciones europeas. Al-Sheikh ya había pensado en el de Matosinhos diez meses antes para darle las riendas del banquillo rojiblanco, pero ambas partes no llegaron a un entendimiento en ese agosto de 2019. Con la plantilla rojiblanca en el peor momento de la temporada, Gomes puso en liza un esquema ultradefensivo en su puesta en escena como técnico indálico en Montilivi, cayendo 1-0 y dejándose gran parte del ascenso.
Quien fuese asistente de Jesualdo Ferreira en el Málaga había firmado sólo por un mes con la entidad almeriense y en verano amplió su vinculación un año más. El preparador portugués no pudo hacer la pretemporada soñada, con entradas y salidas a diario. Conocedor de las prisas propias del fútbol, el luso estaba trabajando a medio plazo para dotarle de una identidad propia a su equipo. Con la etiqueta de ultradefensivo todavía rondando por su figura, unos días antes del debut liguero explicó a AS que pretendía un fútbol ofensivo, en el que sus jugadores se expresasen libremente con alegría.
"Me encanta el fútbol bonito y que estéticamente sea agradable de ver, un fútbol ofensivo y que no sea muy pesado de posesión por tenerla. Quiero tener el balón con el objetivo de llegar al gol, pero al mismo tiempo tener un equilibrio permanente porque siempre va a haber un momento en el que se pierde el balón (...). Ese equilibrio se puede conseguir con mucho trabajo y organización. Lo que quiero decir es que me gusta un fútbol en el que los jugadores se sientan libres atacando, que no estén pendientes de no poder ir para un lado porque luego tengo que defender en otro, que los jugadores se sientan con la posibilidad de terminar la jugada como extremo izquierdo siendo lateral derecho porque el equipo se va a replegar bien. (...) Porque el fútbol debe ser alegría y sentir que los futbolistas están disfrutando y haciendo lo máximo para intentar marcar. Para que esa pureza, ese fútbol de calle que quiero en mis equipos, hay que dar una base de control y de equilibrio", comentó el entrenador.
Tras el buen estreno en Lugo (0-2), el Almería se atrancó, perdiendo los tres encuentros siguientes y colocándose penúltimo. Era la primera vez que el jeque tenía a su equipo en descenso. Sin embargo, las malas experiencias la campaña anterior con tanto cambio de entrenador, el calendario liguero apretado y su operación en Nueva York ayudaron a que Al-Sheikh mantuviese a Gomes en el puesto. Esa semana fue un punto de inflexión con dos encuentros en casa. El empate (1-1) ante el Cartagena y la goleada (3-0) al Fuenlabrada hicieron que el Almería empezase a subir como la espuma, llegando a la actual racha: quince victorias y un empate en sus últimos 18 partidos oficiales. Como un camaleón, se ha adaptado a las circunstancias y lo que no le gustaba, como plantillas largas, lo ha convertido en una virtud, caso de sus rotaciones extremas: en más de una ocasión ha cambiado incluso de once de un partido a otro en el calendario tan comprimido que han tenido los almerienses.
Si el fútbol es una fiesta, a Gomes siempre le coge bien vestido, con esa camisa blanca, corbata y traje. A sus 50 años tiene una larga trayectoria a sus espaldas. Con 20 primaveras, tras regresar de la mili, colgó las botas y cogió la pizarra, dirigiendo a excompañeros mayores que él, a los que llamaba "señor" cuando era jugador. Paços de Ferreira, Covilha, Aves, Leixoes, Uniao Leireia, Moreiense, Aves, Oporto, Panathinaikos, Videoton, Al-Taawoun, Al-Ahli, Baniyas, Río Ave y Reading y Marítimo han sido los equipos que le han visto crecer, ya sea como primer técnico o como asistente, siendo la de tierras británicas una de las que más le marcó. Pero ese chico que se saltaba las clases de la universidad para ver a Bobby Robson en acción con el Oporto ya es pasado y ahora quiere hacer historia con el Almería. De momento va en buen camino.