Una temporada atípica en la 'etapa Belmonte'
El dirigente albinegro, que ha tenido a seis entrenadores desde su llegada la entidad en 2015, lleva tres en lo que va de campeonato.
Borja Jiménez, el técnico que llevó al FC Cartagena a Segunda División, avisó al inicio del actual curso de que había que cambiar el chip respecto al papel que iba tener el club en la categoría de plata. Atrás quedarían los buenos resultados de cada jornada, pelear por cotas altas y acudir al mercado con uno de los mayores presupuestos para hacerse con los mejores jugadores. Y así ha sido, tal y como ha quedado demostrado en la primera vuelta del campeonato. Tanto que Jiménez fue cesado y su primer recambio duró tres jornadas en el banquillo. Ahora el testigo lo recoge Luis Carrión, ex de Córdoba CF, UD Melilla y CD Numancia.
En la ciudad portuaria no estaban acostumbrados a estar en la parte baja de la tabla y la mala dinámica del último tramo, con una victoria en once jornadas y el equipo en puestos de descenso, ha hecho mella. Sobre todo, en la relación de la propiedad con la afición y también en las críticas que hubo sobre Jiménez, así como gran parte del plantel. El día a día ha cambiado por completo, pasando del buen ambiente a las dudas y crispación.
El banquillo quema
Carrión será el sexto entrenador de Belmonte, que mantuvo a Palomeque cuando llegó en mayo de 2015 en un momento agónico para el club. Se logró la salvación y Víctor Fernández, ídolo de la grada, se convirtió en la primera apuesta del ya propietario de la entidad para arrancar su proyecto 2015-16. Los resultados no acompañaron y el ex futbolista albinegro fue cesado, siendo Alberto Monteagudo el técnico durante dos campañas y media. En las dos completas que el manchego estuvo al frente se disputó el playoff, pero quedó marcado por la derrota en Majadahonda, cuando se saboreaba el retorno al fútbol profesional y en el último minuto marcó el cuadro madrileño.
Gustavo Munúa, firmado en 2018, le sustituyó. El uruguayo pasó de las dudas a ser referente para la afición. Tampoco logró el ansiado ascenso, pero se mantuvo en el banquillo hasta que decidió aceptar la propuesta del Nacional de su país en diciembre de 2019. Y entonces se contrató a Borja Jiménez. El abulense sí logró el objetivo, aunque tras 18 jornadas se le cesó (diciembre, 2020). Pepe Aguilar, hombre de confianza de los mandatarios, fue el elegido como revulsivo pero duró tres partidos.
Posibilidades económicas
En Segunda B, el FC Cartagena era un club al que todos querían ir. El ofrecimiento de futbolistas contrastados en la categoría e incluso de otros con experiencia en Segunda, era constante. Como se dice, se tiraba de talonario para ofrecer contratos altos, lejos del alcance la mayoría. Ya no es así, LaLiga te dice lo que puedes gastar y te fija un presupuesto, siendo el de los albinegros de los más bajos de la competición.
La comisión deportiva albinegra 'no elige', como podía hacer antes. Exige más conocimiento del mercado, convencer a jugadores y entrenadores de la propuesta y eso no siempre ocurre. Aterrizaron futbolistas como Rubén Castro, Gallar y Nacho Gil, pero la confección del plantel no ha sido acertada y la prueba de ello es el listado de bajas que se maneja para el mercado de invierno.
Un ambiente enrarecido
El fútbol tiene poca memoria, pero hay que cuidar los detalles. La alegría del ascenso duró hasta el inicio de la pretemporada. La decisión de apartar a futbolistas que habían sido importantes en el ascenso no gustó ni al vestuario ni a los aficionados. Incluso Belmonte llegó a decir que “el FC Cartagena no es una ONG” o que los descartes tenían dos opciones, irse o “ver los partidos sentados a mi lado”. Esas salidas de tono no gustaron y menos con hombres como Elady, al que se le negó la marcha un año antes al CD Tenerife, Cordero, José Ángel, Carlos David y Verza, protagonistas en la consecución del objetivo. Ninguno salió en verano, rescindiendo Cordero y Verza días atrás mientras Elady se ha convertido en uno de los mejores del equipo.
Belmonte, con muchos aciertos durante su etapa, ya no tiene el respaldo absoluto con el que antes contaba. Tampoco Manuel Breis, que este curso estrenaba cargo como director general deportivo. El objetivo será recuperar la sintonía de aquí a junio, pero para ello es obligado acertar en el mercado de invierno y, por supuesto, lograr la permanencia.