Filomena pospone la evaluación del Leganés
El partido ante el Almería iba a servir de examen para un equipo lastrado. Ahora la perspectiva se relaja por la ausencia de Liga y el choque de Copa ante el Sevilla.
El aplazamiento del partido que el Leganés debería haber jugado hoy contra el Almería a causa de la nieve que ha dejado en Madrid la borrasca Filomena no sólo ha supuesto trasladar un partido de fútbol a una fecha diferente, sino también posponer un examen importante para el futuro de los pepineros. Quien sabe si también en el futuro de su entrenador, de José Luis Martí.
Con los resultados erráticos marcando su último devenir liguero (sólo seis puntos de los últimos 18 posibles), venían los andaluces a ser algo así como un test de estrés clave por muchos motivos. Primero, el aritmético. Poco a poco el Leganés se ha ido desprendiendo de la zona alta de la tabla.
En la jornada 14 llegó a ser tercero, a sólo un punto del primero y segundo clasificado. Aunque nunca ha ocupado plazas de ascenso directo en lo que llevamos de curso, parecía que ese espacio, pegado a la cabeza, debía ser su hábitat natural por presupuesto, plantilla y trayectoria reciente.
Sucede, sin embargo, que seis jornadas después ahora el Leganés es quinto, a siete puntos del tercer clasificado (el mismo Almería) y a ocho del ascenso directo. Ganar a los rojiblancos habría supuesto mantener la distancia y darle un balón de oxígeno notable a todo el proyecto. Caer, por el contrario, habría ampliado esa distancia a diez puntos y agigantado las dudas que siguen azotando al equipo. Pero todo eso deberá esperar. Culpa de Filomena.
Sevilla y sin Liga hasta el 24
Ahora el horizonte es de amplia pausa. Habrá que aplazar las valoraciones, críticas, opiniones y reflexiones durante varias semanas, a menos que LaLiga decida que el partido contra el Almería se juega en breve, en los próximos días. Si el partido se ubica algunas semanas más allá, el calendario que tendrá por delante el Leganés pospondrá el examen.
Primero, porque el siguiente compromiso de los blanquiazules no será en Liga, sino en Copa y ante el Sevilla, el fin de semana que viene. Es decir, que los pepineros tendrán mucho que ganar y poco que perder. Los parámetros de la competición y el rival desvirtúan un análisis que, con todo, puede ser positivo si el Lega logra la machada de tumbar al gigante sevillano. Caer no debería suponer un problema añadido. Más al contrario. Hay voces que rondan Butarque y que sugieren que la Copa es más estorbo que un objetivo útil.
Sea como fuere, el Leganés no jugará en Liga hasta el 24 de enero, cuando competirá en el Gran Canarias contra Las Palmas. Para entonces, y a menos que el duelo aplazado se compita antes, habrán transcurridos 21 días desde el último duelo liguero del Leganés y el siguiente. Un amplio margen que hiberna las evaluaciones, pero no las evapora. Eso sólo lo conseguirán los buenos resultados y la mejoría en la imagen de los pepineros.