El Racing no se puede permitir ante el Amorebieta otro pinchazo
Una victoria local le colocaría cerca de la parte alta de la tabla y una derrota le podría meter en plazas de descenso a punto de acabar la primera vuelta
El Racing se va a jugar en su estadio, donde disputará siete de los 12 partidos que le restan, sus opciones de pelear por el ascenso, el único objetivo del club siempre que pena en Segunda B. Los primeros tres puntos, los que se juega contra el Amorebieta (17:00), valen mucho más que eso, que no es poco. Son imprescindibles para dar tranquilidad, y tiempo, a la apuesta de Amorrortu por el joven Aritz Solabarrieta, ya que después del pésimo estreno de la semana pasada en Zubieta, el crédito del de Ondarroa peligraría en caso de otro pinchazo ante los azules. ¿Al segundo partido? Esto es el Racing en Segunda B.
Y no lo va a tener fácil el Racing ante el Amorebieta. A pesar de que los de Urritxe llegan a Santander tras haber jugado un partido de Copa el jueves, 0-1 frente al Sporting, y de que no son tan peligrosos a domicilio como en su estadio (cuatro victorias y un empate como locales y una derrota y tres empates de visita), el equipo de Íñigo Vélez es un bloque tremendamente sólido, que lleva dos temporadas con el mismo bloque y jugando a lo mismo. Y bien. Eso que fuera de Euskadi se conoce como 'fútbol vasco'..., y hecho exclusivamente por vascos, que son el 100% de la plantilla. Respecto a la pasada campaña, que ya hizo una gran liga, Vélez solo ha cambiado en el once tipo a Obieta por Amorrortu y a Larrucea por Markel Lozano, que ha fichado por el Celta B, el resto son los mismos. Juegan de memoria, ganan la mayoría de los balones divididos y son poderosos en el juego aéreo. El Racing, en cualquier caso, pese a sus inseguridades, tiene la obligación en su estadio de determinar el tipo de partido que se juegue. El 11 de octubre, en el último ensayo de pretemporada, sin embargo, ganaron los azules. Es probable que hoy repitan nueve de los once titulares aquel día del Amore y solo cinco en el Racing.
Aritz Solabarrieta parece estar siguiendo el camino que recorrió Javi Rozada, pero a mucha mayor velocidad. Al ovetense le costó toda la pretemporada retirar la confianza al 4-3-3, mientras que el ondarrutarra se lo cargó tras 45' de traca inmisericorde de sus centrales ante el Sanse. Para hoy va a apostar por un esquema, incluso un once, muy similar al que Rozada empleó en Lezama, con un matiz: entonces la sala de máquinas se dispuso con un pivote y dos volantes, mientras que esta tarde habrá dos pivotes y un mediapunta. Todo apunta a que será Álvaro Cejudo, cuyo talento y gol se antoja poco menos que imprescindible, el que haga de enlace con los dos delanteros.
La principal novedad que supone el cambio de dibujo, a algo así como un 3-4-1-2, pasa por la entrada de Bernardo Matic como tercer central. El croata se perdió por sanción el estreno del nuevo míster y durante esta semana se ha visto a Solabarrieta apretándoles de veras en los entrenamientos. En el club, incluso en el vestuario, tenían la sensación de que Matic se había agrandado, si eso es posible, tras su buen inicio de campeonato y que en Mutilva y Las Arenas no dio su mejor versión. Esa, la mejor, la de Lezama, por ejemplo, es la que le ha demandado estos días Solabarrieta. También los carrileros pasarán examen esta tarde, ya que van a jugar fuera de su zona de confort. Ceballos es un lateral nato, pero tiene físico y descaro para intentarlo, mientras que Bustos va a tener que apoyarse en su calidad para aprobar. Necesitará la confianza en sí mismo, que no le sobra en esa posición, para medirse al rocoso Aldalur en esa banda.
(Foto principal: Diego Ceballos, posando para AS en el Mercado de La Esperanza)
