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ESPANYOL-OSASUNA

El Espanyol, ante su peor pesadilla del curso pasado

Los dos duelos ante Osasuna fueron determinantes en el descenso: en el RCDE Stadium los pericos cayeron 2-4 y en Pamplona 1-0 antes de la pandemia.

Sergi Darder, ante Osasuna.
MIKEL SAIZ

Si hay un equipo que hirió de mayor gravedad al Espanyol del curso pasado, el que obró la peor temporada de su historia, ese fue Osasuna. El emparejamiento copero ha propiciado que se vuelvan a ver las caras en el RCDE Stadium entre los días 16 y 21 de enero, curiosamente con el conjunto navarro ahora buceando en la zona baja de la tabla de Primera y el Espanyol completando una temporada lógica y directa al lugar que perdió.

El primer duelo entre ambos tuvo lugar en Cornellà-El Prat el 1 de diciembre de 2019. El Espanyol venía de empatar en casa ante el Getafe y había marcado en rojo este encuentro debido a su trascendencia: ganar significaría acercarse a la zona de permanencia y levantar los ánimos. Y así empezaron los de Pablo Machín, con 1-0 a favor obra de Marc Roca de penalti. Incluso Adrià Pedrosa tuvo el 2-0 antes del descanso, pero su remate se fue desviado.

Tras la reanudación, todo fue surrealista, antinatural para el Espanyol. Rubén García y el Chimi Ávila, en el minuto 46 y 49, le dieron la vuelta al marcador. Dos despistes que empezaron a encender a los aficionados. Facundo Roncaglia, ex perico, fue expulsado en el 52', pero jugar con un hombre más fue un caramela envenenado. Moncayola y Roberto Torres anotaron el 1-3 y 1-4 con un Espanyol impotente, sin argumentos ofensivos y despistado. Calleri maquilló el resultado en el 93' y Machín llamó a sus futbolistas "pipiolos" en sala de prensa. Tres semanas después sería despedido.

La vuelta fue igual de impactante para los blanquiazules, en un encuentro en el que Abelardo Fernández entonó el mea culpa con la alineación. Los pericos, que había visto frenada su buena racha, llegaron a El Sadar dispuestos a seguir levantándose, pero perdieron 1-0 con una imagen poco propicia, Diego López fue expulsado y David López mostró su tensión en la zona mixta. "Dime un jugador que no haya corrido y si no sabéis, no me pongáis caras", le dijo a los periodistas desplazados.

Ese encuentro, jugado el 8 de marzo, fue un punto de inflexión negativo que finalmente dio paso al inicio de la pandemia por la COVID-19, que paró la competición durante tres meses. Después el Espanyol, herido por sus múltiples heridas, algunas profundas como las de Osasuna, no logró reponerse y acabó donde está ahora, en Segunda. En la Copa llega una oportunidad de redimirse de esa pesadilla que refleja el funesto curso pasado.