De estrella del equipo a último de la fila en tres meses
Álvaro Cejudo, indiscutible mejor jugador del equipo en Segunda, tocó fondo ante el Mutilvera, primer duelo en el que ni siquiera saltó al terreno de juego
De delantero, de mediapunta, en las dos bandas, incluso de pivote, en busca de remontadas imposibles..., puede jugar en tantas posiciones, que ya no juega en ninguna. Álvaro Cejudo ha pasado en tres meses de ser la estrella del Racing a uno de los últimos de la fila. Javi Rozada no acaba de encontrarle otro sitio que no sea en el banquillo. Sea la aparición de Pablo Torre, sean las discrepancias con el club sobre la interpretación de su contrato, que le condicionaron la pretemporada, lo cierto es que el de Puente Genil está muy lejos de ser el eje sobre el que giraba el juego ofensivo de su equipo la pasada campaña.
La primera temporada de Cejudo en Santander estuvo muy condicionada por las cuatro lesiones que padeció, la última incluso le impidió participar más que los últimos 18' del playoff de ascenso frente al Atlético Baleares. En cuanto el físico le daba, eso lo tenía muy claro Iván Ania, Cejudo volvía a ser indiscutible. Y más todavía el año pasado, en Segunda, ya sin más molestias físicas que las normales en una temporada, en el que se convirtió en el líder del equipo tanto en goles como en asistencias. Casi lo único salvable de una temporada para olvidar por el Racing. Sus prestaciones en la 19/20 le llevaron a renovar automáticamente una temporada más y ahí empezaron las discrepancias con el club. De interpretación del contrato.
Cejudo en el Racing
Tras una pretemporada en la que se vio a Cejudo más triste de lo normal en los entrenamientos y bajo de revoluciones en los primeros amistosos, el cordobés decidió pasar página, centrarse en lo deportivo en el que ya anunció que sería su última temporada en activo. Pero ahí le está faltando continuidad. O, lo que es lo mismo, la confianza de Javi Rozada. Sin problemas físicos, ha estado disponible en todos los partidos, pero su presencia en el campo ha ido de más a menos. Empezó como titular, el único día que jugó los 90', frente al Portugalete en la primera jornada, y el pasado jueves, en Mutilva, fue el primer partido en el que ni siquiera saltó al terreno de juego.