La redención silenciosa de Sergio
El central del Leganés, héroe del pase copero en O Couto, llevaba sin jugar ni un minuto desde el 20 de septiembre. Pese a su salida brusca del once, no alza la voz centrado en su trabajo.
Sergio González no levanta la voz. Los malos gestos tampoco forman parte de su vocabulario. Ni del verbal, ni del gestual. El central del Leganés, primer fichaje de los pepineros en el retorno a Segunda División, prefiere ir a lo suyo, que es trabajar sin quejarse pese a desaparecer sin motivo aparente de las alineaciones. Jugó de inicio y al completo las dos primeras jornadas de Liga y después, la nada. Hasta el martes en Copa del Rey y ante el Ourense, un Tercera División frente al que ejerció con la solvencia de siempre para coronarse en jugador del partido. Su gol de cabeza dio el pase a los madrileños (0-1) y a él, la oportunidad de redimirse como le gusta. En silencio. Sólo con hechos.
“Estoy muy contento. De poder disfrutar de minutos, de que el equipo haya rendido a un buen nivel. He conseguido meter el gol y estoy muy, muy feliz (…) Desde el 20 de septiembre no he disputado ni un minuto y lo único que he hecho ha sido trabajar, trabajar y trabajar, ser buen compañero y pensar siempre en el equipo. Estar preparado para cuando sea necesario”, comentó para los medios del club después del choque que le había puesto de nuevo en el mapa de Butarque.
Ajeno al ruido, prefirió no pasar facturas por su situación y se centró en el elogio. A los suyos. A los rivales. “Ellos han salido muy, muy intensos. Quiero felicitar al rival porque ellos también han salido a dar la cara hasta el final, nos han llevado a la prórroga. Quiero felicitarles”, afirmó con una sonrisa furtiva escapándosele constantemente de la cara, fruto de una felicidad que se explica mejor con números.
El antepenúltimo jugador del Leganés
En lo que llevamos de temporada, Sergio sólo había disputado dos partidos. Fueron las dos primeras jornadas, cuando Martí lo alineó de inicio junto a Tarín como central izquierdo. En uno, el equipo venció (Las Palmas, 1-0). En el otro, cayó (Lugo, 2-1). Pese a no haber tenido incidencia directa en la derrota del Anxo Carro, desde entonces, Sergio ya no volvió a jugar. Ni de inicio, ni desde el banquillo.
Semejante situación lo relegó al antepenúltimo puesto de los jugadores de campo en cuanto a minutos desplegados, con 180. Sólo Jonathan Silva (lesionado buena parte de la temporada) y Miguel han jugado menos, con 108 minutos y 46 minutos respectivamente. En el lado opuesto, arriba de la tabla, se sitúa en cuanto a duelos convocado, pero sin jugar. Trece veces ha sido suplente sin competir ni un minuto. No hay ningún jugador de campo que haya aguardado tanto en el banco sin saltar al verde ni tan solo un minuto.
Y pese a ello, él ha seguido a lo suyo, a trabajar para, como sucedió en Copa, encontrar el fruto a su trabajo. Con contrato hasta 2022 (firmó por dos temporadas con opción a una tercera), está por ver que el mérito de O Couto le haga contar más para Martí. Con Tarín como fijo inamovible del eje de la zaga y Miquel acompañándole de escudero, la competencia es alta: Omeruo y Bustinza opositan, por ahora, por delante de este madrileño con formación en estudios financieros y su familia como principal punto de apoyo. “El gol se lo dedico a mi madre, que es una luchadora. Va para ella”, dijo feliz en O Couto, el escenario de la redención silenciosa de Sergio.