OURENSE 0-1 LEGANÉS
Sergio rescató 'in extremis' al Leganés del barrizal copero
Un gol de cabeza del central a saque de esquina (101') clasificó a los pepineros ante un buen Ourense en el fango de O Couto. Los gallegos fueron mejores hasta la roja a Wadir (54')
El Leganés necesitó recurrir a la prórroga y a una rigurosa expulsión (el Ourense jugó con diez desde el 54’) para pasar a la siguiente ronda de la Copa. Un cabezazo de Sergio en la primera parte del tiempo extra (101’) tras saque de esquina fue la única manera con la que de los de Martí derribaron el muro de dignidad que se erigió en O Couto. Dominaron los locales en el inicio y sostuvieron sin problemas su meta pese a la roja a Wadir tras la reanudación. Sólo un remate de Sabin Merino al palo (84’) amagó con evitar los 30 minutos de más donde, ya sin oxígeno, sucumbieron los de Tercera. En el barrizal que fue el terreno de juego, la lesión de Omeruo (pinchazo) añadió pesimismo a la dubitativa imagen pepinera. Los debuts como titulares de Riesgo y Miguel, noticias positivas visitantes.
Emergió el Leganés por el túnel de vestuario de O Couto mirando a un estadio-máquina-del-tiempo. Aquellas escaleras de bajada desde un primer piso al verde (marrón, más bien) no eran el recorrido hacia un campo de juego, sino una revisión del pasado. Desde el más cercano (había público, no lo veía un pepinero desde el 8 de marzo) al más lejano. Sin rastro de VAR, tocaba jugar en un césped destartalado que ya albergó blanquiazules visitas pretéritas en Segunda B y Segunda, éstas hace ya alguna década. Bienvenidos a los 90, parecía recitar el paisanaje de publicidades locales y edificios de viviendas que oteaban como palcos a lo insólito.
Un Ourense dominador
Porque la primera parte (también el partido al completo) fue de todo, menos lo esperado. Dominó el modesto, un Ourense de Tercera que, cómodo con el balón en medio del barrizal, recurrió más a la posesión que al fútbol directo para acercarse a las inmediaciones de Riesgo. El veterano arquero (37 años, cuatro más que Rubén Domínguez, el técnico local) fue una de las novedades del once pepinero. Debutó en competición oficial con el Leganés como Miguel de la Fuente lo hizo de titular. Eran los únicos que quedaban por iniciar un partido. Principio y fin de esta alineación plagada de suplentes que, en el caso del Lega, es hablar de potenciales titulares. Un equipo solvente que podría luchar por el ascenso en Segunda, pero que en Butarque es víctima de un plantel largo. En números. En calidad.
Y pese al pedigrí madrileño, el control inaugural fue gallego. Lo hizo por encima incluso del infortunio. Ces, uno de sus mejores hombres, se tuvo que ir lesionado apenas arrancó el duelo (22’). No importó. Fieles a una idea sólida, ejerció el Ourense de castrense soñador sometiendo a este Lega que sí, generó peligro (hasta cuatro llegadas de Eraso, Perea, Rosales y Miguel) más por arrancadas individuales (Ojeda) que por juego colectivo. En eso eran los de casa los que se atrevían. Y con vértigo. Borja Domingo, de tacón, y Wadir, de disparo lejano, tuvieron las más claras, ambas después de jugadas largas y trenzadas. Malabarismos entre tiburones de barro. En el Lega, incómodo por la imposibilidad de rasear la bola, Martí reclutó a sus bombarderos para gestar peligro con centros laterales, suerte en la que Perea mutó a ariete camuflado. También indolente.
Rigurosa expulsión de Wadir
Ejercicio de desesperación contagiosa que se hizo especialmente sangrante cuando Vicandi Garrido echó a Wadir por una dura entrada sobre Rosales al poco de la reanudación. Tarjeta rigurosa. Caramelo embarrado para el Lega. En inferioridad se crecieron los madrileños con el dominio que se les suponía también en igualdad, pero lejos de asediar a Juanvi, sólo les alcanzó a encasillar en su área al Ourense entre resoplidos de fatiga y bocanadas de espacios. Volcados en la victoria, los pepineros dejaron huecos que, de nuevo, Borja Domingo casi aprovechó en dos contras.
En el Lega, Ignais Miquel (remate en el 89') y Sabin Merino (salió en el 76’ y la mandó al palo ne el 84') acariciaron el gol camino de la prórroga, que fue una prolongación del (no) espectáculo precedente. Amagaba el Lega sin pegar y cuando lo hacía, Juanvi volaba infinito en su heroícismo. La capa se le rompió sólo cuando Sergio marcó el 0-1 en un córner redentor, epílogo con más sombras que luces para este Leganés aún inconcluso en su fútbol. Primero en Liga y ahora, también, en Copa.