LLAGOSTERA-ESPANYOL | LA CONTRACRÓNICA
La cabeza privilegiada del Espanyol
Un gol de Puado, que está en racha, mete a los pericos en la siguiente ronda y catapulta al barcelonés, que se convierte ya en uno de los fijos de Moreno.
El Espanyol se refregó en el barro del Municipal de Llagostera, por mucho que ahora esos campos pelados sean alfombras de césped artificial, y pasó de ronda en el prórroga después de 90 minutos de brega y desacierto en ataque. No importa el cómo en un torneo dado a las sorpesas y que para el equipo de Vicente Moreno no supone la prioridad de una temporada en la que todos los esfuerzos se centran en ascender de categoría. De ahí que jugadores como Darder, David López, Diego López o RdT lo vieran desde sus casas. Competir sin ellos, padecer y pasar de ronda, representa un espaldarazo a una plantilla que sigue embalada, que gana bajo la lluvia o bajo el sol, en partidos duros o blandos, con la posesión y corriendo a los espacios.
En Llagostera tocó, sin lluvia claro, el encuentro duro y de dominio. A los 10 minutos, el partido ya mostró su voltaje. Una amarilla al Llagostera y varias entradas a destiempo dejaban claro que los locales, con su ADN guerrillero que les hizo marcar un hito de ascensos hasta llegar a Segunda A, venderían cara su piel. Incluso pudieron ponerse por delante en un infantil penalti de Pol Lozano, titular en la Copa, que desbarató un segur y talismán Oier con una buena estirada. Con él, el equipo perico no ha perdido y deja claro de nuevo que su nivel no tiene nada que envidiar a Diego López, que esta campaña ha vivido lúcidos momentos y otros menos acertados.
La elección de la portería (no existe debate en el cuerpo técnico por la jerarquía del meta gallego) es dispar a la que se produce en otras posiciones, en las que los jugadores cuenctan con más oportunidades para demostrar su rendimiento. Es así con Nico Melamed o Javi Puado, la dupla que, desde que arrancó el curso, está aportando recursos y goles, incluso han demostrado estar por delante en rendimiento que Wu Lei y Vargas, dos jugadores con más caché. El barcelonés de nuevo goleó y se mantiene en estado de gracia. Nadie debería discutirle ya la titularidad, al menos hasta que su rendimiento diga lo contrario.
Fichado procedente de la Damm, Puado siempre maravilló por sus condiciones técnicas y su profesionalidad (su padre había sido también futbolista), pero una grave lesión a final de su etapa de juvenil frenó su evolución. Entiende el juego y puede actuar en cualquier posición, pero esta campaña le estaba costando marcar, especialmente cuando Moreno lo situaba en los costados. Ahora se destapa con una racha considerable, goles además determinantes, una gran noticia para un futbolista que también entusiasma a Luis de la Fuente en la Sub-21.
No solo Puado lució, también Jofre demostró el mismo dinamismo que en pretemporada, aunque le costó decidir bien en los metros finales, mientras que Pujol actuó de forma contundente e imponente en el juego aéreo. Incluso Max, el hijo del ex portero de balonmano Thomas Svensson, aportó su físico para esos momentos finales del partido y de la prórroga. Jugadores que el tiempo dirá su proyección, pero que se suman a un Espanyol que esta campaña está viendo que se asoman nuevos valores. Y la Copa es el escenario ideal para ellos.