Público, viejos conocidos... Lucena acecha al Sevilla
Los de Lopetegui empiezan su andadura en la Copa del Rey con un desplazamiento de menos de dos horas por carretera y con cuentas pendientes
El Sevilla inicia su camino en la Copa del Rey viajando en autobús (sigue el partido en directo en AS.com). Y es que el sorteo deparó una visita al Ciudad de Lucena en la vecina provincia de Córdoba, un desplazamiento de 159 kilómetros que se cubre en 1 hora y 45 minutos. Sin duda, un alivio en lo que a kilometraje se refiere en la cargada temporada de los hombres de Lopetegui.
Pero si la distancia entre Sevilla y Córdoba es escasa, la ilusión del Ciudad de Lucena está desbordada. Para empezar, podrá haber público en las gradas. Sólo serán 400 en un aforo de 4.800, pero permitirá a varios centenares de aficionados disfrutar del que es el partido más importante de la historia de un club fundado en el reciente 2008. Los cien socios de la entidad, por cierto, entrarán gratis. Buen detalle.
Reencuentros. El Ciudad de Lucena perdió el liderato del subgrupo B del grupo X de Tercera División este fin de semana tras empatar con el Gerena, pero sigue en las alturas de la clasificación y con las opciones de acceso intactas. De eso tiene buena parte de culpa Dimas Carrasco, técnico del conjunto cordobés junto a su hermano David, dos viejos conocidos en Nervión. Y es que además de haber sido técnicos del juvenil del equipo sevillista, al que dirigieron en la Youth League, ambos hermanos son sobrinos del ex presidente sevillista José María del Nido Benavente. No son los únicos con pasado nervionense, ya que en el Ciudad de Lucena también milita Pablo Gallardo, quien fuera capitán del filial sevillista que militó en Segunda a finales de la pasada década.
Viejos conocidos, césped artificial, un equipo extramotivado, público en las gradas... Nada de eso servirá de excusa a un Lopetegui que no puso paños calientes al partido pero que avisó de que pierde a algunos jugadores por molestias y que no recupera a ninguno. La eliminación la pasada temporada a manos del Mirandés no permite ningún tipo de desliz a un Sevilla al que todo parece sonreírle, tanto en el césped como en los sorteos, en las últimas fechas.