Jesé: de futuro sucesor de Cristiano a una carrera turbulenta
Con su adiós al PSG se cierra una etapa. El Balón de Oro era su horizonte hasta que una lesión y una vida privada demasiado presente se cruzaron en su camino.
La carrera de Jesé Rodríguez (Las Palmas, 26 de febrero de 1993) está lejos del lugar que se esperaba a estas alturas si ponemos en marcha el Delorean y nos personamos en marzo de 2014. El PSG ha hecho oficial la resolución del contrato del canario, pues los 420.000 euros mensuales que percibía estaban alejados de ir en consonancia al rendimiento deportivo del jugador. 18 partidos y dos goles son el bagaje numérico de un Jesé que, al menos, ha debido hacer hueco en su vitrina para una Ligue 1 (2020), una Copa de Francia (2017) y una Supercopa (2017) con los parisinos. De sucesor de Cristiano y futuro Balón de Oro al adiós al PSG. Una vida deportiva marcada por una lesión y una vida personal demasiado presente.
En el Real Madrid, su debut se esperaba con ansia y este llegó de la forma más poética posible, sustituyendo al astro a quien idolatraba. El 13 de diciembre de 2011, José Mourinho daba la alternativa en partido copero ante la Ponferradina a nuestro protagonista. Cristiano Ronaldo abandonaba el campo y abraza a quien estaba destinado a darle relevo. El 24 de marzo de 2012 llegaría su estreno en Liga, en un 5-1 ante la Real Sociedad. De nuevo, entró por Cristiano. El Castilla se le quedaba pequeño (22 goles y 12 asistencias en la temporada 2012-12 en Segunda división) y en 2013 pasaría a formar parte del primer equipo a todos los efectos.
Las etapas las quemaba al ritmo que marcaba su potencial y su nombre protagonizaba conversaciones presentes y, sobre todo, futuras. Una declaración del propio protagonista le acompañaría el resto de su carrera. Ese "he soñado con ganar el Balón de Oro en cuatro años". Ese Jesé tenía apenas 21 años y se había logrado abrir hueco a base de desborde y verticalidad en los onces de Ancelotti. Hasta que el 18 de marzo de 2014 sufrió una lesión, rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha tras una entrada de Sead Kolasinac.
La lesión, el antes y el después
Ocho meses de baja. Marcó el día de su vuelta ante el Cornellá en Copa del Rey. Pero el jugador que regresó ya nunca fue el mismo. En la 2013-14 logró 8 goles y 6 asistencias en 31 partidos. En la siguiente, tras la rotura, 4 y 2 en 23 encuentros. No había lesión de por medio, pero la chispa se había perdido.
La campaña 2015-16 supondría la del repunte y en los meses de marzo y abril de 2016 se pudo ver a la versión más cercana a la promesa que fue y resultó clave, con 3 goles y 4 asistencias, en las 12 victorias consecutivas con las que el Madrid de Zidane metió el miedo el cuerpo a un Barça que vio peligrar un título liguero que parecía decidido en Navidad. En el Bernabéu no había hueco para seguir creciendo, pues la BBC resultaba inamovible, y el PSG vio la oportunidad, 25 millones de euros mediante.
En París su estrella comenzó a apagarse y ya en la 2016-17 terminó el curso en Las Palmas, en un intento por liberar esencias pasadas al calor del hogar. Ni la isla, ni el Stoke City después, ni el Betis, ni el Sporting de Portugal más recientemente, etapa interrumpida prematuramente, han disfrutado de ese jugador que parecía llamado a comer en la mesa de la élite y que últimamente ha regalado más titulares rosas que deportivos. Eso sí, desde el PSG no han tenido más que palabras de agradecimiento por su comportamiento y le han dicho adiós de manera amistosa y cordial. Con el conjunto blanco acumuló 18 goles y 15 asistencias. Con el resto de equipos, 9 y 3. El antes y el después es evidente.
'Big Flow', 'Jay M', un incendio y el Jesé más rosa
Si en los terrenos de juego ha compartido vestuario con Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Karim Benzema, Neymar o Mbappé, fuera del verde han sido Henry Méndez, Ozuna o Alexis & Fido sus compañeros de batallas. El reggaeton protagonizó la otra mitad de su vida profesional. Big Flow, grupo formado junto a DJ Nuno, o Jay M, ya en solitario, han sido sus álter ego musicales en una carrera en la que no ha brillado como seguro le hubiera gustado.
Antes de abrirse hueco en las páginas rosas, un incendio en su chalé le hizo aparecer en la prensa generalista, pocos días después de la fatídica lesión, competando un funesto marzo de 2014. Mientras que más recientemente son sus venturas y desventuras con Aurah Ruiz las que han marcado sus highlights. Su vida privada ha ido ganado más y más peso, aparición en Gran Hermano VIP incluida, con respecto a la deportiva y los regates han dado paso a escándalos románticos y celebraciones ajenas al fútbol. Como la última fiesta, en Canarias, que no gustó en el seno del PSG poco antes de la rescisión del contrato. Veremos qué derroteros toma la nueva vida de un Jesé que afrontará el próximo mercado invernal sin ataduras.