El secreto de Rodrygo, el niño que enloqueció con la Décima
El chico que veía siempre al Madrid en Champions y explotó con el gol de Ramos, mejora hoy los inicios de Cristiano, Messi, Raúl, Lewandowski y Benzema.
No eligió mal día Rodrygo Goes (19 años) para honrar su apodo. El miércoles, en el 59', tan sólo 34 segundos después de haber sustituido a Mariano, El Rayo mandaba a la lona a un Inter que se tambaleaba. Era el primer toque sobre el césped del brasileño, de carga letal para los de Conte y liberadora para los de Zidane. El chico que el 3 de noviembre, asistido por su amigo Vinicius, había dado los tres puntos al Real Madrid en Valdebebas, se vestía de nuevo de verdugo, esta vez en Milán.
Ya ante los medios, Rodrygo celebró la noche con sinceridad. "Tengo cierta estrella y cariño por esta competición. Siempre hago goles o doy asistencias... Espero poder seguir jugando así". Hablaba el ex de Santos, y no decía ninguna mentira, del idilio que está construyendo con su crush, una Champions en la que lleva seis tantos y tres asistencias en nueve partidos, cuatro como suplente, con un impresionante promedio de intervención en un gol cada 48,89 minutos.
Jugador (Equipo) | Minutos | Goles | Asistencias |
Promedio de intervención |
Cristiano (United) | 550 | 0 | 3 | 182,33 |
Messi (Barça) | 537 | 2 | 2 | 134,25 |
Raúl (Madrid) | 810 | 7 | 2 | 90 |
Lewandowski (Dortmund) | 792 | 3 | 2 | 158,4 |
Benzema (Lyon) | 612 | 6 | 1 | 87,42 |
Rodrygo (Madrid) | 440 | 6 | 3 | 48,89 |
Los datos suenan muy bien de por sí, pero son música celestial si se comparan con lo que habían conseguido en las mismas apariciones los cinco pichichis históricos de la Champions. Ninguno de ellos, ni Cristiano, ni Messi, ni Raúl, ni Lewandowski, ni Benzema, se acercan al inicio de Rodrygo, que además cuenta con el hat-trick perfecto (gol con la derecha, con la izquierda y de cabeza) más joven de la Copa de Europa. También mejora la media en ese punto de Haaland, el killer de moda: 48,89-53,66. Cómo no iba a escribir aún en Italia en redes sociales ese "¡Te quiero, Real Madrid! ¡Te quiero, Champions!", acompañado de la foto con el brinco que pegó tras el 0-2 y de dos emojis, uno con corazones porque aquí hay amor.
Del gol de Ramos a un staff para controlarlo todo
Y lo hay desde que Rodrygo era un preadolescente. Cuentan quienes le conocen que de pequeño veía siempre al Madrid, con especial interés en la Champions, y que uno de sus mayores recuerdos lo vivió con 13 años: el gol de Ramos al Atlético en el 92:48 de la final de la Décima, festejado gritando y saltando, con patadas a todo lo que se encontraba a su paso.
A esa temprana edad, asesorado por su padre, Eric, su agente, Nick Arcuri, y su entrenador personal, Marcel Duarte, ya trabajaba en su facilidad delante de la portería, tratando de perfeccionar su dominio de ambas piernas, el remate de cabeza o el posicionamiento. Se ayudaba y se ayuda para eso de vídeos de grandes delanteros, admirador como es de Ronaldo y de Cristiano, y de los consejos de los veteranos de cada equipo en el que jugó.
En Valdebebas se apoya mucho en Zidane, con el que ha conectado. También con los más experimentados, Ramos, Modric y Benzema, y sobre todo con los mayores de su país, Marcelo, Casemiro y hasta Roberto Carlos, casi uno más en los viajes de la plantilla. Como complemento a todo esto, revisa sus partidos fijándose en los errores.
Esta temporada, la segunda en el Bernabéu, es para El Rayo muy importante no sólo a nivel de clubes, sino con Brasil. El calendario del próximo verano presenta dos citas de las que ilusionan, la Copa América y los Juegos de Tokio. El madridista alterna presencias con Tite y con la Sub-23… y no se decanta por ninguna porque lo quiere todo.