LEGANÉS

Leganés, seis balones al palo que habrían sumado cinco puntos

Sólo el Oviedo (siete palos) supera a los pepineros, aunque la estadística no cuenta un larguero de Shibasaki porque el árbitro entendió que la tocó el portero.

JAVIER GANDULDIARIO AS

El Leganés se ha convertido en un equipo aficionado a la madera. O al metal. O a lo que sea de lo que estén hechos los postes de las porterías modernas. Afición repetida, mal que le pese a los pepineros y en especial a sus arietes, futbolistas peleados con el gol (la eficacia del Lega sigue siendo baja) y, por momentos, también con los límites físicos de las metas rivales.

En lo que llevamos de curso el Leganés ha estrellado seis balones a los palos que, de haber entrado, habrían supuesto cinco puntos más en la clasificación. Los pepineros sumarían 24, serían segundos y estarían a sólo dos del (intratable) Espanyol. Cuentas de la lechera que emergen como fútbol ficción. La realidad es que la pelotita no entró y el Lega, por ahora, camina cuarto en la clasificación, con 19 puntos a siete de los pericos y tres del Mallorca, el segundo clasificado real.

El Oviedo, líder de madera

No es, con todo, el equipo que entrena Martí el que más veces se ha estrellado con los postes en lo que llevamos de curso en Segunda División. En las 10 jornadas que se han disputado el Oviedo ya ha gritado siete veces ‘uy’ con sonido metálico. El Rayo, con seis balones a la madera, está empatado con el Leganés en la segunda posición de esta clasificación maldita.

El caso es que el Leganés concentra esos seis palos en cuatro duelos diferentes. Y siguiendo la vía del fútbol ficción, en sólo uno de ellos no habría tenido consecuencias de haber entrado la pelotita. Así de ajustada es la Segunda. Sucedió en el partido contra el Cartagena disputado en Butarque. El marcador final fue de 3-1 y, de haber entrado el remate de Borja Bastón escupido por el poste derecho, la cosa habría terminado 4-1.

Cinco puntos menos por los palos

En los otros duelos sí habría tenido consecuencias. Por ejemplo, ante el Girona habría servido para empatar a uno y sumar un punto más de lo que ahora tiene el equipo. En aquella ocasión fue Juan Muñoz el que cabeceó al palo izquierdo de la meta catalana. La foto que acompaña a esta noticia se corresponde con esa jugada. 

Ante el Sabadell, el Leganés estrelló tres balones al palo: Borja Bastón de nuevo, Santos y Perea fueron los autores de estas acciones. Si todas hubieran entrado, el Leganés habría ganado 1-3 y habría sumado tres puntos más de los que tiene ahora. Aquel duelo terminó con derrota (1-0).

El último tiro al palo del Leganés sucedió el pasado viernes ante el Albacete, cuando Arnáiz lanzó un latigazo con la zurda que acabó repelido por el larguero que defendía Tomeu Nadal. En realidad en el Carlos Belmonte hubo otro tiro al larguero más, obra de Gaku Shibasaki, que en la ejecución de un córner vio como la bola acababa escupida por el travesaño. Sin embargo, el colegiado estimó que era Tomeu el que tocó la bola (dio córner entre protestas albaceteñas) lo que hizo que la acción no contara para la estadística, aunque sí para hacerse cuenta del infortunio blanquiazul con la madera.

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