Armstrong llama a la Premier

Hace más de cinco años del último partido de Adam Armstrong en la Premier League. Fue con la camiseta del Newcastle, donde pasó todos sus años formativos y con los que debutó a las pocas semanas de cumplir los 17 años. Armstrong era el gran delantero que salía de la cantera; era el punta que tenía que tumbar la puerta de un primer equipo en horas bajas, muy bajas. Pero apenas tuvo tiempo. Meses más tarde comenzó la rueda de cesiones que le llevaron, en sólo tres temporadas, a la tercera división.

Si Armstrong era considerado la gran esperanza de las urracas no fue por casualidad. En él se daba todo lo necesario para que fuera querido, incluso deseado: metía goles, era hincha del Newcastle y llevaba en la cantera desde los nueve años. En las categorías inferiores de Inglaterra era un fijo y con ellos ganó el Europeo Sub-17. Además, su primera experiencia a préstamo fue un éxito: 20 goles en el Coventry City. Sin embargo, cuando volvió al primer equipo, recién descendido a Segunda, no encontró la confianza de Rafa Benítez, que lo empujó a otra cesión. Ese verano también formó parte de la Inglaterra Sub-20 que ganó el Mundial. Pero fue suplente en la final. El gol de la victoria, cosas de la vida, lo marcó Calvert-Lewin.

Lo que después decidió Armstrong fue lo más normal: seguir su propio camino. Se desvinculó del Newcastle hace tres temporadas y firmó por el Blackburn Rovers, un proyecto que siempre ha estado lejos de los playoffs de ascenso a la Premier League. Su adaptación allí no fue fácil: le obligaron a jugar por la banda izquierda, en lugar de como delantero, para no sentar a un goleador como Danny Graham. Así bajó su ratio goleador a cambio de tener más minutos. Hasta esta temporada. Este curso, el Blackburn pinta de otra manera. Hay una evidente apuesta por la juventud. Ya no está Graham y Armstrong es el delantero titular, donde aprovecha su espectacular golpeo de balón -además chuta los penaltis- y su arrancada explosiva para combinar con otros dos futbolistas con ganas de hacerse valer. A un lado tienen a Ben Brereton (21 años); al otro está Harvey Elliot (17 años), cedido por el Liverpool.

Hoy Armstrong tiene 23 años y suma 12 goles en 12 partidos (a los que hay que sumar otros cinco en julio después del confinamiento). Todos los celebra mirando a la cámara y abriendo los brazos, como queriendo abrazar equipos. Es por méritos propios el máximo artillero de la categoría. Es muy probable que haya clubes que tengan su nombre apuntado para dentro de un mes. Es más probable todavía que unos cuantos sean de la Premier.