Salomón Obama, de promesa mundial a influencer

Salomón Obama estaba llamado a ser una estrella. Las categorías inferiores eran su territorio de caza y, junto a su hermano, el cielo parecía ser su límite. Sin embargo, algo se empezó a torcer. "Se exageró mucho nuestro nombre, se nos puso muy por arriba. O no supimos llevarlo o no nos dieron muchas oportunidades", se lamentaba en una entrevista en este periódico hace poco más de un año. En ella explica su complicada salida del Atleti e identifica su llegada al filial rojiblanco como el principio de una pérdida de confianza paulatina.

El Celta le rescató en enero de 2019 y la pasada temporada la pasó cedido en el Mérida de Segunda B. Sin embargo, la velocidad a la que quemó etapas de pequeño perdió impulso y, tras cumplir contrato con el conjunto vigués y no destacar en demasía en la capital extremeña, el pasado junio era un jugador libre. En la mencionada entrevista el delantero seguía mirando alto: "Mi sueño es jugar en Primera". Y, quizás, la clave del estancamiento haya sido el correr demasiado con las altas expectativas como compañeras de travesía.

Nueva vida en Dubai

El nuevo Salomón ha encontrado nuevo destino y, parece, una profesión alternativa. Dubai es nuevo hogar según aparece en una cuenta de Instagram plagada de seguidores: 115.000. En los Emiratos Árabes ha encontrado su nuevo destino, el Dibba Al-Fujairah de la segunda división del Estado. Las últimas fotografías en redes con contexto futbolístico se remontan a su etapa emeritense, con un vídeo publicado hace 21 semanas en el que daba las gracias a la entidad por el trato recibido y que podemos ver más arriba.

A partir de ahí, estrena nueva faceta 'Influencer'. Con una suerte de instantáneas en las que presume de ese físico que, hace no tanto, utilizaba para dominar los torneos navideños de Fútbol-7 al lado de Fede, hermano de nuestro protagonista y reciente fichaje del Unión Adarve de la Tercera madrileña. Veremos si su marcha al Dibba Al-Fujairah es un paso atrás para dar luego dos hacia delante o si, por el contrario, le aleja de los terrenos de juego para acercarle a una nueva vida en la que la herramienta que mide el éxito no son los goles, si no los likes.