Entre la anemia y la pandemia
Un Madrid sin gol y sin Ramos debuta en Europa ante un Shakhtar mermado por la Covid. Sin su capitán, el equipo blanco sólo ha ganado un partido de ocho en Europa.
La Champions aterriza en Madrid en pleno estado de excepción, del equipo y de sus alrededores. Se juega por primera vez en Valdebebas, con la ciudad sitiada por la pandemia, con el equipo inquieto por la falta de gol, de recursos y del capitán Sergio Ramos y contra un adversario afectadísimo por el coronavirus (sigue el partido en directo en As.com). Un escenario de máxima presión para el equipo de Zidane tras un sorteo atípico: los cocodrilos (Inter y Borussia Mönchengladbach) no estaban en el bombo 2. Ahí, donde en teoría aguarda el mayor peligro de esta fase de grupos, salió el Shakhtar, que ganó hace once años una Europa League pero que en la máxima competición sólo llegó una vez a cuartos y que en once de sus quince participaciones se marchó a las primeras de cambio.
El Shakhtar es el sueño de Rinat Ajmetov, el hijo de un minero que ha acabado en la lista Forbes (número 272 de ultramillonarios del planeta, con una fortuna estimada de 6.700 millones de euros) después de convertirse en el hombre más rico de Ucrania gracias a sus sociedades siderúrgicas. Ajmetov, de ascendencia tártara, se hizo con el club hace 24 años y le dotó de una infraestructura inédita en el país: una academia, un gran centro de formación y un equipo que acabó con la tradicional hegemonía del Dinamo de Kiev (ha conquistado once de las trece últimas ligas del país). En 2004 contrató al rumano Mircea Lucescu, su técnico durante doce años, que convenció a Sergei Palkin, director general del club, y al propio Ajmetov para nutrir al equipo de promesas brasileñas como fórmula para crecer. Cada año llegaban jugadores jóvenes con grandes posibilidades de reventa. Por ahí pasaron Douglas Costa, Fernandinho, Willian, Fred, Fernando, Bernard o Luiz Adriano camino de ligas y empresas mayores.
Mitad brasileño, mitad ucraniano
Hace ya cuatro años que Lucescu se marchó, pero su idea sigue ahí. En la plantilla hay tantos brasileños (13) como ucranianos, aunque el potencial del equipo ha ido a menos por el conflicto armado que se vive en la región. Ahora es un destino menos atractivo para los futbolistas y Ajmetov, que se ha convertido en estandarte de la lucha contra los insurgentes prorrusos, tiene preocupaciones mayores, aunque su fortuna parece intacta. Hace un año compró la villa más cara del mundo, situada en la Riviera francesa, por 200 millones de euros.
Entrenado por el portugués Luis Castro, con una experiencia de veinte años en la Liga de su país, lleva semanas en vilo por el Covid. Dos de sus jugadores, el portero Pyatov y el centrocampista Stepanenko, dieron positivo en la concentración de la selección. Otros nueve lo hicieron poco después, en los test practicados por el club. Entre ellos, Junior Moraes, autor de 25 goles el año pasado, Kovalenko, Marlos o Matviyenko, jugadores de peso. Todos dieron negativo en las pruebas practicadas el domingo, pero se han perdido muchas sesiones de trabajo en los últimos días. A ello se unen las bajas de larga duración del veterano Ismaily y el exsevillista Konoplyanka. Finalmente, Stepanenko, Kovalenko, Matvienko, Krytsov, Allan Patrick, Tyson y Junior Moraes se quedaron en Ucrania, lo que deja al grupo en cuadro. En cierto modo, el Shakhtar es un equipo sin edad media: ocho de sus jugadores pasan de los 30 y diez no llegan a los ventidós. Es decir, futbolistas de vuelta o por hacer. Un equipo muy accesible para el Madrid, aunque quizá no lo sea tanto para este Madrid.
El gol lo es todo
Cristiano metió 105 goles en Champions en nueve temporadas en el club blanco. En nueve de ellas (todas menos la primera) el equipo alcanzó las semifinales o el título. En los dos años sin el portugués ha caído en octavos. Repartir el gol en su ausencia no le ha dado para mucho al Madrid en Europa. 22 jugadores (todos los de campo menos Militao) anotaron el curso pasado, pero no fueron capaces de compensar la munición que se llevó Cristiano. En esta va por el mismo camino: seis goles, cinco partidos y cuatro goleadores. Las últimas tres veces en que el Madrid cayó en octavos no pasó de dos goles por partido. De las ocho en que llegó al menos a semifinales, en siete superó esa media. El gol lo es todo.
Zidane no contará con Ramos, reservado para el Camp Nou. Sin él, el Madrid sólo ganó uno de ocho partidos en Europa. También repetirá Nacho y volverán Mendy, Valverde y Casemiro, el suplemento energético del equipo. El brasileño es un jugador crucial en Europa con Zidane. Sólo se ha perdido seis partidos en Champions y todos menos uno (el intrascendente ante el Apoel en 2017) fueron por lesión. Su ausencia ante el Cádiz sorprendió incluso a Álvaro Cervera. Pinta que Isco y Lucas Vázquez volverán al banquillo y que Asensio, esta vez sí, completará el trío de ataque con Benzema y Vinicius, sorprendente pichichi del equipo. No se espera que Zidane se guarde nada, Ramos al margen, pese a la proximidad del Clásico, por la deuda pendiente del equipo con Europa, por el peligro conocido de acabar segundo de grupo y porque las salidas han dejado una unidad B que va camino de ser C.