La hora de Pjanic
Se le exige rendimiento inmediato al centrocampista bosnio. Busquets resiste y De Jong es el eslabón débil ahora en el doble pivote. Puede ser titular ante el Ferencvaros.
"Música, Pjanic". Con ese eslogan se presentó el pasado 14 de septiembre el centrocampista bosnio de 30 años, que enamoró con su discurso aglutinador. "Podemos construir algo", dijo antes de anunciar que venía a jugar con un "extraterrestre", por Messi. Pero Pjanic vino precisamente a eso, a jugar. Y, a sus 30 años y con una carrera dilatadísima por Lyon, Roma a Juventus, se le exige rendimiento inmediato. Koeman podría darle hoy la camiseta de titular ante el Ferencvaros. Infectado por el Covid-19, Pjanic se vio obligado a retrasar su llegada a Barcelona un par de semanas. Lo hizo físicamente débil. En pretemporada, apenas jugó unos minutos en el Gamper contra el Elche y, ya en LaLiga, apenas ha jugado un par de ratos contra Villarreal y Sevilla. Luego se marchó con la selección de Bosnia, de donde regresó tocado por problemas de espalda.
Predestinado a ser titular al lado de De Jong en las quinielas del verano, el buen rendimiento de Busquets ha sido valorado por Koeman, que lo tiene como un intocable. Ahora, el eslabón débil de la cadena se llama Frenkie de Jong, bajísimo en los partidos ante Sevilla y Getafe. Pjanic, un especialista a balón parado, ha ido transformando su juego en los últimos años. Alcanzado la treintena, ya es menos llegador, pero tiene un buen conocimiento del juego y un fantástico posicionamiento. Pjanic dejó un sello de futbolista grande en el paso de la Juventus por el Camp Nou en la Champions de 2017. El Barça necesita jugadores de jerarquía para volverle a perder el pánico a la competición. Pjanic tiene la personalidad necesaria para conseguirlo.