La bota malaya del Espanyol
Sus tres últimos partidos, nueve de los 13 puntos que le dan el liderato, los ha solventado el conjunto de Vicente Moreno con goles en la última media hora.
Está sabiendo el Espanyol en tiempo récord adaptarse a la Segunda División. Ayuda, sin duda, contar con un entrenador curtido en una categoría en que la mayoría de los partidos reeditan un guion muy similar. Y sabe Vicente Moreno que, con la calidad y cantidad de que dispone en la plantilla, la solución en muchos casos se encuentra en la vía del desgaste. Como una bota malaya que se va apretando a modo de tortura, inmisericorde, conforme avanzan los partidos. Es la que, después de cinco jornadas, le está dando el liderato a los pericos.
Con una defensa inalterable y un portero, Diego López, en estado de gracia, el resto es cosa de mantener la concentración, de igualar a los golpes al rival y de esperar a morderlo cuando las fuerzas empiecen a estar justas y cualquier mínimo error ceda espacios a un surtido de atacantes que se mueven como pez en el agua en un solo metro cuadrado, con Raúl de Tomás como máximo exponente. Así ha sucedido en los tres últimos partidos, que se han saldado con sendas victorias y que han dado al Espanyol nueve de los 13 puntos que acumula tras cinco jornadas.
| Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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| Próximos partidos |
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En el Carlos Tartiere, fue precisamente De Tomás quien golpeó por partida doble. Primero, al transformar un penalti cometido sobre Adrià Pedrosa por una patada a destiempo (64'). En el segundo, al aprovechar junto a Javi Puado un fallo catastrófico en la salida de balón del Oviedo (68'). Una semana más tarde, en la Nova Creu Alta, fueron la astucia de Fernando Calero y la rapidez y habilidad de Nico Melamed las que se anticiparon a un lento movimiento defensivo por la izquierda del Sabadell (83'). Y el pasado sábado, contra el Alcorcón, pudieron más la lucha de Víctor Campuzano y de Dídac y la pasmosa cabeza fría de RdT que toda una zaga tratando de achicar aguas (74').
En tres de estos cuatro goles, además, se añade el factor banquillo. Tanto RdT en Oviedo como Nico en Sabadell habían entrado poco antes en juego, en un Espanyol que no solo muerde con su alineación, sino que cuenta con otro equipo de gala entre los suplentes, dispuestos a aprovechar la falta de oxígeno del rival, por muy numantina que sea su defensa, para devorarlo en unas segundas partes que, a diferencia de las sagas cinematográficas y del propio Espanyol en temporadas anteriores, sí son buenas.