La inercia del Cádiz tumba a un Espanyol falto de pegada
Un gol a balón parado de Marcos Mauro decidió un partido equilibrado, en el que los pericos pudieron sentenciar en el primer tiempo pero luego el Cádiz mejoró.
El acierto del Cádiz en un córner le dio la victoria ante el Espanyol en un partido que mantuvo las inercias de ambos equipos el curso pasado. La moneda cayó del lado de los gaditanos, subcampeones de Segunda, y condenó al Espanyol, colista de Primera, pese a que los de Vicente Moreno dispusieron de las mejores ocasiones. El equipo perico mantuvo el nivel de juego mostrado ante el Huesca, pero, sin jugar aún RdT, le faltó pegada. El Cádiz ganó de nuevo, sólido y agresivo en el segundo tiempo. Una solidaridad en la presión que le puede ser muy efectiva en su retorno a Primera.
Del minuto 7, desde que Jofre sorprendió con un movimiento eléctrico a Panadero, hasta un remate de Becerra que se fue rozando el palo en el 25', el Espanyol fue un vendaval. El balón fluía por el césped con la naturalidad con la que podía correr cualquier animal por el verde del Marbella Center. La jugada empezaba en los centrales y encontraba criterio en los pies de Fran Mérida, que demostró su poderío en mediocampo en su debut. Jofre y Pipa, desequilibrantes por los costados, surtieron balones a Becerra, Mérida o el propio Melendo, pero Cifuentes salió victorioso en todas las acciones.
No es necesario repetir que el que perdona lo paga, pero el Espanyol desaprovechó demasiadas oportunidades como un mano a mano de Becerra cuando la primera mitad finalizaba. El recién fichado del Cornellà y Jofre, el curso pasado en edad juvenil, también destacaron ante un Cádiz incómodo sobre el césped, que le costó un mundo impedir la progresión del equipo de Moreno.
Pero en la segunda mitad todo cambió. El Cádiz dio un paso adelante y aumentó la presión. El balón ya le pesaba más al Espanyol, que solo encontró profundidad en las excursiones de Vargas y de Miguelón, que pudo ser objetivo de un penalti que no señaló el colegiado en el ecuador del segundo acto. También Puado lo intentó sin acierto. Fue un caballero sin espada el Espanyol, ante un Cádiz que encontró profundidad por el costado de Alejo y que jugó con el resultado, sin sufrir.
En el minuto 54', en a priori un córner intrascendente, Marcos Mauro recogió un rechace después de un remate al palo y libre de marca anotó. Ya lo había hecho en el anterior amistoso ante el Málaga, como también había recibido el Espanyol un gol ante el Huesca de saque de esquina y en el segundo palo. El Cádiz, que siguió apretando, puso el cerrojo. El Espanyol, por mucho que Puado, Vargas y Miguelón pisaron aérea, estaba predestinado a no marcar, como ocurría el curso pasado. Un déja vu, aunque con mejores sensaciones para el Espanyol. El Cádiz sigue ganando. Mantiene intacto su aura de ganador.