El Girona endereza el rumbo fuera en el momento idóneo

En Girona están encantados con Francisco y tienen motivos de sobra para ello: ha hecho carburar al equipo, le ha dotado de un gen competitivo y está a solo dos partidos de devolverlo a Primera. Los jugadores están contentos y es que las palabras más repetidas son “sabemos perfectamente qué hacer en cada momento, dónde y cuándo presionar”. Y esto les está sirviendo para volar en este tramo final de curso.

Pero más allá de todo ello, el Girona parece que también ha reaccionado a domicilio en el momento idóneo. Tras un curso repleto de sobresaltos y derrotas cada vez que les tocaba jugar lejos de Montilivi, el bloque ha logrado estabilizar el rumbo. En Almería se vio un equipo serio, sólido y con hambre de victoria. Le bastaba con empatar para alcanzar a la final, pero luchó hasta el final y selló un triunfo que aún le da más confianza de cara a la final. Y la va a necesitar porque este jueves vuelve a afrontar un duelo fuera, en el Martínez Valero, y no podrá dejarse ir.

Obtener un resultado positivo sería vital para después sentenciar la final en casa y es lo que buscarán los rojiblancos. Y más después de quitarse el peso de encima de no ser capaces de ganar fuera. Sin ir más lejos, hasta la visita a Almería, los gerundenses no se imponían a domicilio desde el pasado 2 de febrero, cuando ganaron 0-1 al Fuenlabrada. Y en toda la Liga regular tan solo ganaron tres partidos. Al margen del ya citado en Madrid, asaltaron los feudos de Racing (0-3) y Extremadura (1-3). El jueves, una nueva prueba. Definitiva y que puede valer un ascenso a Primera.