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BARCELONA - BAYERN

"Eres la hostia Joshua; la hostia"

Joshua Kimmich, 25 años, es un producto del laboratorio Guardiola, que siguió su progresión durante su cesión en el Leipzig y luego le formó como sucesor de Lahm.

Joshua Kimmich, en un entrenamiento del Bayern.
Alexander HassensteinGetty Images

A Guardiola le habían hablado maravillas de Joshua Kimmich (Rottweil, 8-2-1995), un chico de la cantera del Stuttgart que se había marchado al Leipzig con 18 años. Así que en agosto de 2014 le quiso ver jugar in situ en el Allianz jugar ante el Múnich 1860. Guardiola pidió su fichaje, que se concretó en 2015 previo pago del Bayern de 8,5 millones de euros al Stuttgart, que a su vez había pagado 1,5 milllones al Leipzig por recuperarlo. Hoy, y pese a que la crisis del Covid ha bajado las tasaciones de los futbolistas, Kimmich vale 75 millones de euros. A sus 25 años, ya ha jugado 146 partidos de Bundesliga y 43 de Champions, además de 48 con la selección, en la que debutó en 2016.

"Kimmich será el sucesor de Lahm". La frase, de marzo de 2017, no pertenece a un cualquiera. Karl-Heinz Rummenige, presidente del consejo directivo del Bayern de Múnich, se anticipó a los rumores que ponían a Kimmich rumbo a Manchester con Guardiola después de que Ancelotti no le diese todos los minutos que necesitaba ya con 22 años. El Bayern, sin embargo, sabía que ahí se cocía un jugador grande.

"Tengo que agradecer mucho a Guardiola", dijo hace unos meses Kimmich cuando por unas semanas, antes de que Flick cogiese carrerilla, se rumoreó la posibilidad del regreso de Pep a Múnich en el verano de 2020. Con un talento táctico innato, Guardiola fabricó un jugador que, ciertamente, tenía cosas de Lahm aunque su tránsito, al contrario que del lateral, ha sido el contrario. Del puesto de mediocentro al de lateral derecho, si bien su puesto preferido sigue siendo la zona de creación y su regreso al lateral tiene que ver con la lesión del francés Pavard.

Guardiola vio en Kimmich el jugador que podía ser en un futuro la proyección del entrenador en el campo. En eso, también parecido a Lahm. Por eso llenó su cabeza de conceptos. Sabía que Kimmich podía interiorizarlos. Sólo hace falta ver su manera de jugar al fútbol. Sencilla, sin estridencias, práctica.

Para ilustrar hasta qué punto fue intensa la relación entre Guardiola y Kimmich, nada mejor que el episodio que relata el periodista Martí Perarnau en su libro "Pep Guardiola, la metamorfosis". En marzo de 2016 se jugó un Dortmund-Bayern que terminó 0-0. De aquel partido, la imagen que más trascendió fue la de Guardiola saliendo disparado a por Kimmich. Antes, preguntó a Benatia: "Mehdi, ¿le has dado las instrucciones a Kimmich?". El argelino contestó que sí, pero que "había mucho ruido". Entonces Guardiola agarró al alemán y le preguntó: "Has oído las instrucciones de Benatia?". "No, Pep, no las he oído", contestó el jugador. " ¡Joder, tenías que colocarte de mediocentro!", le informó Guardiola. "Tenías que colocarte por delante de la defensa de cuatro y mantener la posición, pero te has ido de la zona y hemos perdido el control. Tienes que estar atento cuando te dan instrucciones". "No me he enterado", se disculpó el jugador.

Guardiola reaccionó rápido y abrazó a Kimmich. No le estaba echando una bronca. "Has jugado sensacional, Josh. Eres bueno, muy bueno. ¡Te dije que podías hacerlo, te lo dije! Eres la hostia, Josh, eres la hostia. Estoy muy orgulloso de ti". Cuatro años después, Kimmich es uno de los jefes del Bayern. Un soldado de Guardiola.